viernes, 18 de diciembre de 2020

Mi Destino Eres Tú: Capítulo 58

Nacho le dió un beso en la mejilla y se marchó escaleras arriba con un puñado de galletas y un vaso de leche. Los dos chicos la querían, pensó. Sin embargo el tío Pedro... Hubiera debido de... El teléfono sonó interrumpiendo sus pensamientos.


-Hola, aquí Paula Chaves.


-Señorita Chaves, soy Pablo Foster, de la Chaves Incorporated. Trabajo en la sala de comunicaciones.


La mente de Paula pareció despertar y recordar. Pablo Foster era el responsable de la sala de comunicaciones, y conocía todos los códigos.


-¿Sí, Pablo?


-Tengo un mensaje muy curioso de nuestro hombre en Geetan - ¿Geetan? La geografía jamás había sido su fuerte. Paula tosió tratando de ocultar su vergüenza-. En Sanjestan -aclaró Pablo.


-Sí, claro. ¿Puedes leérmelo?


-Sí, pero no está en ninguno de los códigos que conocemos, y no sé descifrarlo. 


-No importa, adelante, Pablo.


Pablo comenzó a leer. Recitó un montón de números sin significado hasta que, casi al final, leyó unas letras.


-P.C. -dijo Pablo-. Y luego pregunta: ¿Seguimos adelante?


-Pablo, volveré a llamarte. ¿Tienes a alguien de confianza en Geetan Station?


-Tenemos allí a nuestro mejor hombre, señorita. Es el que sacó a nuestros hombres del Irán. Espero esa llamada.


-¿Cuánto tiempo puedes esperar?


-¿Cuánto? Lo que haga falta, señorita Chaves. Llame cuando pueda, estaré esperando.


Paula colgó el teléfono y recapacitó. Tenía que consultar a Pedro. Y luego a Gonzalo. Y después, quizá, a su padre. Pero para empezar a Pedro. Recogió las notas que había tomado de la conversación y subió a su habitación. ¿Números? ¿P.C.? Paula Chaves, por supuesto. Y los números... el más bajo era el uno, el más afeo el veintidós. ¿Quién podía conocer un código privado familiar? Era un código simple. Cada número representaba una letra según su posición en el sistema alfabético, pero invertido. Era el código que Gonzalo y ella habían compartido de pequeños. ¿Cuántos años tendría «el hombre de Geetan»? Bien, ya se ocuparía de eso más tarde. Lo importante era descifrar el mensaje, que poco a poco fue adquiriendo significado: "Avión forzado a aterrizar por misil Stinger a veinticinco kilómetros de Geetan. Pasajeros vivos, pero heridos. Los García bien. Se trata de una guerrilla formada de un partido comunista. Exigen un millón de libras esterlinas por los rehenes, empleados de la Chaves. Los secuestradores no son de fiar. Es posible conseguir ayuda militar en Geetan. ¿Seguimos adelante?" Ella respiró hondo. La libra esterlina estaba muy alta. Venían a ser unos seiscientos mil dólares de rescate. Escribió el mensaje, tragó al ver el coste, se encogió de hombros y bajó al salón. Pedro estaba sentado en la cama, acurrucado.


-¿Pedro?


-¿Más trucos típicos de los Chaves? -preguntó él estirándose.


-Supongo que podrías llamarlo así. Es un mensaje de Geetan, en Sanjestan -contestó pasándole las notas a Pedro.


-Eh... no entiendo tu letra. ¿Podrías leérmelo?


-Claro. Han encontrado el avión, está exactamente en el mismo lugar donde lo forzaron a aterrizar con un misil Stinger. Es un misil americano. Dejamos muchos allí hace tiempo. Casi todos los rehenes están bien, incluidos los García. Están en manos de la guerrilla, que los tiene retenidos y exige un rescate de seiscientos mil dólares...


-¡Eso es mucho dinero! -exclamó Pedro silbando e interrumpiéndola.


-Sí, lo es, pero hemos pagado más otras veces. Después de todo dos de ellos son de tu familia, y el resto son empleados de la Chaves. En la empresa tenemos una regla para casos como este, Pedro. Siempre traemos a nuestra gente de vuelta a casa. Y ten en cuenta que el lugar está a veinticinco kilómetros de la frontera con Malikstan. Quizá podamos conseguirlo más barato. Incluso por medio millón, si utilizamos nuestros contactos. Te advierto que Gonzalo tiene la última palabra, pero necesito que me des tu opinión. ¿Tú qué crees?


-¿De qué estás hablando? 

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