Nicolás Morales fue el primero en llegar. Salió del coche y se sacudió los pies mientras entraba en el porche. Era un hombre imponente. Paula, que lo esperaba en lo alto de las escaleras, se arrojó sobre él.
-¡Nico, me alegro tanto de que hayas venido!
-No necesitas cirujanos -aseguró él-. Delfi está con él, y yo vine a ver cómo estabas.
Entraron en la casa. Martina los esperaba en el salón, y se hicieron las presentaciones.
-Es grande -dijo la niña-. ¿Es tu novio?
-No, mi hermana se casó con él -explicó Paula.
-Ah, ¿Es que no te gustaba?
-Bueno, yo era casi como tú cuando lo conocí.
-¡Ah, bueno!
-¿Puedo saber de qué están hablando? -preguntó Nicolás.
-Martina quiere que me case -contestó Paula-. ¿Qué hay de Pedro?
-No tiene nada grave -dijo Nicolás quitándose el abrigo-. Lo escayolarán y lo devolverán a casa esta misma noche. Seguramente lo traerá Delfi en su coche. Pero vamos a ver: ¿Quién es ese joven que los trae de cabeza a los Chaves?
-Yo creía que eres un oso -explicó Martina-. Hasta que te has quitado el abrigo. Ahora veo que no, ¿A que no?
-No, jovencita, soy un cirujano, no un oso. Pau, me temo que tu hermana se va a poner hecha una furia contigo por asustarla. Y ahora, por favor, contesta a mi pregunta.
Paula se encogió de hombros. Sabía muy bien que Nicolás Morales no se quedaría satisfecho hasta no averiguar lo que quería.
-Ama de llaves -explicó-. Yo soy su ama de llaves. Solo su ama de llaves.
-¡Qué gracia! ¿Igual que cuando tú hermana era ama de llaves de lady Sunny? -Paula se ruborizó-. Pues muy bien pero, ¿Para qué nos llamas, a un cardiólogo y a un cirujano?
-Bueno, yo solo quería que me dierais información sobre cómo tratar a una persona con la pierna rota, pero antes de que pudiera preguntar comenzaron a pasarse el teléfono el uno al otro y...
-Es increíble, ¿Verdad? -rió Nicolás sentándose en el sofá-. Los médicos se creen que lo saben todo.
-No es eso lo que me molesta, lo que me molesta es que me traten como si fuera una niña. No lo soy, ¿Sabes?
-Sí, ya lo sé, lo olvidé -reconoció Nicolás.
-¿Qué quiere decir cirujano? -preguntó Martina.
Justo en ese momento entró Nacho, que salía de la cocina.
-La pizza está muy rica, Paula. Un cirujano es un pez muy grande que vive en el mar.
-Eso no es un cirujano, es un esturión -lo corrigió Paula- El doctor Morales es cirujano.
-Ya me parecía a mí que no era un pez -comentó Martina sacándole la lengua a su hermano y escondiéndose detrás de una silla, por si acaso-. ¡Hombres! Se creen que se lo saben todo.
En ese momento se escucharon pisadas en el porche y luego la puerta se abrió.
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