El imponente doctor Pedro Alfonso había levantado un muro alrededor de su corazón, tan inexpugnable como la montaña donde habitaba. Hasta que, con una sola petición, la belleza de Hollywood Paula Chaves lo derrumbó.
Paula necesitaba que Pedro fingiera ser su amante. Pero, tras pasar unas semanas con una fémina tan hermosa y seductora, el esquivo médico comenzó a arder en deseos de hacerla suya. Paula lo había contratado para que la protegiera, no para que se acostara con ella. Y, de pronto, Pedro se encontró a sí mismo entre la espada y la pared, ansiando poseer a la única mujer que nunca podría tener.
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