miércoles, 5 de diciembre de 2018

Una Noche Inolvidable: Capítulo 62

El problema de huir era que algún día había que volver a casa. Paula lo sabía, pero habría dado cualquier cosa por que su huida hubiera tenido mejores resultados.Pero por más que se había entregado con todo el alma a la vida en Tailandia, al trabajo con Alejandra, a sus hermanos y hasta a dar paseos con Kevin y Joaquín... no había logrado olvidar a Pedro. Resignada a no poder seguir adelante si no se enfrentaba a él, decidió volver.

–No tienes que ir a casa –dijo Kevin cuando ella le entregó la tarjeta de embarque para él y Joaquín, que iban al Caribe antes de empezar a filmar la película. Las guardó en el bolsillo y, sonriendo, añadió–: ¿Por qué no vienes con nosotros?ç

Paula sacudió la cabeza.

–Gracias, pero no puedo.

–No estás contenta –dijo él. Paula no había conseguido engañar a nadie a pesar de sus esfuerzos por lograrlo–. Yo podría hacerte feliz, Pau. Podría intentarlo.

–Kevin...

–Sé que no confías en mí. Pero recuerda que hubo un tiempo que lo nuestro funcionó. Siempre me he arrepentido de haberlo estropeado.

–Pero no te arrepientes de Joaquín.

Kevin se volvió hacia su hijo, que jugaba en el jardín con los gemelos y lo observó largamente.

–No, de eso no me arrepiento.

Permanecieron en silencio mientras Paula se preguntaba si estaba cometiendo una estupidez al no aceptar una relativa felicidad porque la oferta no procedía del hombre del que quería recibirla. Pero solo había una respuesta posible.

–Gracias –dijo, sonriendo–. Siempre seré tu amiga, pero no te amo.

–Me lo tengo merecido –dijo él con tristeza–. Pero si cambias de idea, ya sabes dónde encontrarme –entonces se inclinó, y la besó levemente en los labios.

–¿Qué demonios haces besándolo?

Paula se giró rápidamente. ¿Pedro? Sí. Era él, en medio del salón, furioso. Se quedó paralizada mientras su mente trabajaba aceleradamente. ¿Qué hacía allí? Y lo que era más importante, ¿Qué más le daba a quién besara?

–Beso a quien me da la gana –dijo, mirándolo con ojos centelleantes–. ¿Qué demonios haces tú aquí?

Pedro, con la mandíbula en tensión, dejó caer la bolsa de viaje que llevaba al hombro.

–Tengo que hablar contigo.

–¿De qué? –preguntó ella, negándose a albergar ni la más mínima esperanza.

–No tiene por qué hablar con él –dijo Kevin, interponiéndose entre ambos.

–Te equivocas –dijo Pedro.

–¿Quieres hablar con él o que lo eché de aquí? –preguntó Kevin a Paula.

–Inténtalo –dijo Pedro, retador.

Kevin dió un paso hacia él. Marta, que había acudido tras Pedro, al que no había podido detener, los gemelos y Joaquín contuvieron el aliento.

–Deja que hable –dijo Paula temblorosa–. ¿Qué es tan importante como para que vengas al otro extremo del mundo?

Pedro la miró fijamente.

–Delfina te necesitaba y tú no estabas.

La contestación hundió a Paula.

No hay comentarios:

Publicar un comentario