sábado, 22 de noviembre de 2014

Casada por Obligación: Capítulo 36

Alguien llamó a la puerta y lo sacó de sus ensoñaciones. ¿Quién sería? Todos se habían marchado ya a casa...
—¡Sorpresa! —Anabella Lovejoy apareció en la puerta con una botella de champán en la mano—. ¡Felicidades, querido!
—Gracias —respondió él. Estaba tan guapa como de costumbre, pero el saber que era todo artificial le repelía un poco. De todos modos, ella sí sabía cuándo era su cumpleaños.
—Abre esto —le dijo, sonriendo—. Haremos un brindis como viejos amigos y te desearé feliz cumpleaños como mandan los cánones.
No había nada «como mandan los cánones» en la proposición que ella acababa de hacerle. Él ignoró la invitación, pero era demasiado caballeroso como para rechazar el brindis. Abrió la botella y fue a buscar dos copas al mueble bar.
En ese momento sonó el teléfono de su despacho:
—¿Contesto yo?—y Anabella no esperó respuesta—. Oficina de Pedro Alfonso, Anabella al habla. ¿Puedo ayudarla?... ¿Quién ha dicho que es?... ¿La esposa de Pedro?...—¡Paula! —Pedro le quitó el auricular a Anabella. Ella no lo había llamado nunca antes; tenía que haber pasado algo—. ¿Ha ocurrido algo?
—No, nada —fue la respuesta, y él se sintió eufórico cuando oyó:—. Siento molestarte, Pedro, sólo llamo para desearte feliz cumpleaños. No sabía que era hoy, pero Theo llamó esta mañana para felicitarte y me sentí fatal por no haberte comprado nada. Tal vez pueda comprártelo para cuando vuelvas... un maletín nuevo, o lo que quieras. Puedes decidirlo tú.
Pedro nunca había oído a Paula hablar atropelladamente como en ese momento, pero escuchar su voz era todo un placer y sus preocupaciones anteriores se desvanecieron como el humo.
—A lo mejor quieres que te sorprenda... ¿prefieres eso? Mira, voy a colgar. Seguro que estás ocupado en este momento —dijo a toda velocidad.
—No, en absoluto. Mi secretaria me acaba de sorprender con una botella de champán —miró a Anabella y le hizo un gesto para que se marchara—, pero ya se ha ido —Pedro se sentó en su silla y vió a Anabella salir y dar un portazo tras de sí—. Estaba a punto de marcharme.
—Oh, bueno, no te entretendré.
—Claro que sí. Ni se te ocurra colgar ahora —ordenó él—. Estoy encantado de que me hayas llamado para preguntarme qué quiero por mi cumpleaños —oyó cómo ella contenía el aliento y dejó volar su imaginación mientras le contaba exactamente qué quería.
Paula llevaba toda la tarde pensando en llamar a Pedro, pero no se decidió a hacerlo hasta medianoche. Sabía que los nervios habían hecho que balbuceara como una colegiala, pero al oírlo murmurar cosas de lo más sensuales por teléfono, se quedó de lo más sorprendida.    
—Pedro... no deberías decir eso por teléfono —dijo, pero empezaba a notar que le subía la temperatura—. Es tarde y me tengo que ir a la cama.
—A pensar en mí, supongo —saltó él, y ella oyó la sonrisa en su voz.
—Sí, dalo por seguro después de la explicación que me has dado de tus fantasías... —respondió ella, y lo oyó reír con ganas.
—Bien, porque creo que yo me voy a pasar la noche bajo el chorro de agua fría. Intentaré volver lo antes posible. Mientras, a lo mejor podías empezar a buscar una casa... Sé que no te gusta el apartamento, y me gustaría que empezaras a buscar algo más grande y fuera de la ciudad, con jardín, que encajara más con tu personalidad.
Por un momento, Paula se quedó helada ante la dimensión de lo que le estaba diciendo. Quería que se fueran a vivir al campo, y la idea le encantó.
—De acuerdo —dijo ella, llevándose una mano al estómago—. Buenas noches —y colgó.
Al otro lado del Atlántico, Pedro se sirvió una copa de champán y sonrió. Con el sonido de la voz de Paula aún resonando en sus oídos, su cumpleaños había mejorado un cien por cien.

5 comentarios:

  1. Espectaculares los 4 caps Naty!!!! Me encantaron!!!!!

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  2. Muy buenos capítulos!!! se extrañaba q subas! Me encanta lo seguro q está Pedro de lo q siente por Pau y lo decidido q está en querer mejor las cosas!

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  3. Lindisimos capítulos Naty, que bueno q Pedro ama a Pau, ojala ella pueda sentir lo mismo por él ¡¡

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