sábado, 8 de noviembre de 2014

Casada por Obligación: Capítulo 14

Después, Pedro la había acompañado a su lujoso yate, y le había ofrecido una bata de seda de su armario.
—Puedes quitarte la ropa, ducharte y ponerte la bata. Haré que limpien tu ropa mientras.
Como un autómata, Paula accedió y diez minutos más tarde salió del baño vestida sólo con sus braguitas de seda y toda su ropa, manchada, en la mano. Justo en ese momento llamaron a la puerta del camarote y Pedro asomó por la puerta. Él dijo algo en griego que ella no pudo comprender, pero el brillo de sus ojos tuvo un efecto paralizante sobre ella. Por eso, cuando él fue hacia ella y le puso la mano sobre la mejilla diciendo: «eres preciosa, Pauli», ella ni se inmutó.
Volviendo sobre los hechos, Paula se dió cuenta de que debía estar en estado de shock. Ningún hombre la había visto desnuda más que Alan, y nadie más que él le había dicho nunca que era preciosa ni la había llamado Pauli. Por eso no resultó sorprendente que cuando Pedro la había besado con una ternura casi dolorosa, ella hubiera respondido del mismo modo.
Paula se revolvió en la cama y volvió a gruñir. Por más que se empeñara en negarlo, lo que había pasado después en la cama con Pedro, no había tenido nada que ver con lo experimentado junto a su marido.
Pedro le había acariciado todo el cuerpo y le había besado de un modo que encendió un fuego en su cuerpo que nunca había conocido hasta entonces. Cuando se apartó de ella fue para quitarse la ropa a toda velocidad mientras ella temblaba con violencia, fascinada al ver su cuerpo desnudo.
Antes de que pudiera recuperar el sentido, Pedro la había tomado en brazos susurrándole palabras cariñosas al oído y la había llevado a la cama. La pasión explotó entre ellos cuando él volvió a besarla, y con unas pocas caricias más, ella entró en un estado de erotismo salvaje desde el que no había marcha atrás. Había cerrado los ojos a todo lo que le rodeaba y por unos minutos su mundo fue el hombre que la tenía en sus brazos, que la deseaba. Se tocaron y se saborearon el uno al otro en medio de un estado de frenesí que terminó en un maravilloso climax que los dejó sudorosos, saciados y sin aliento.
Recordar aquello fue demasiado para Paula  y, perdida toda esperanza de conciliar el sueño, bajó a la cocina a prepararse una taza de leche caliente.
Por la mañana vería aquello con una luz distinta, se dijo. Pedro Alfonso se había ido y probablemente no volviera nunca, teniendo en cuenta cómo lo había insultado. Y dado que era el novio de Jan, sería inofensivo. Si Paula volvía a cruzarse con él en casa de su padre, con intercambiar con él un par de comentarios educados sería suficiente.

3 comentarios:

  1. Ufffffffff, qué intensos los 2 caps Naty!!!! Me encantó lo que le dijo Pau antes que Pedro se vaya. Buenísimos los 2 caps.

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  2. Muy buenos capítulos! Qué golpe le dio Pau al ego de Pedro!!! Ojalá no se enoje tanto! ;)

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