viernes, 30 de junio de 2023

Falso Compromiso: Epílogo

 Un año después…



Paula salió a la terraza de la casa de la isla donde Pedro había estado esperando a que saliera del baño. Su isla. Él se la había regalado. Ella, con el dispositivo de la prueba del embarazo en las manos, a la espalda, se acercó a la tumbona en la que Pedro estaba leyendo un libro.


–¿Qué estás leyendo? –preguntó ella, y se agachó para darle un beso en la cabeza.


Pedro la agarró, la hizo sentarse en el borde de la tumbona y dejó el libro.


–Cosas del trabajo, pero tú eres mucho más interesante –de repente, Pedro frunció el ceño–. Eh, ¿Qué tienes ahí escondido?


Paula sonrió, movió el brazo hacia delante y le enseñó el dispositivo.


–Vamos a tener un hijo.


Los ojos de Pedro se llenaron de lágrimas.


–Mi vida, eso es maravilloso. No puedo creerlo. Vamos a tener un hijo – Pedro lanzó una carcajada y, con suma ternura, la besó–. Vas a ser la mejor madre del mundo.


–Y tú el mejor padre del mundo –Paula lo miró con un inmenso amor en la expresión–. No sabes cuánto me alegro de que las relaciones con tu padre hayan mejorado tanto desde que nos casamos. 


–Sé que mi padre no es perfecto, pero al menos está haciendo un esfuerzo.


 Paula le besó los labios.


–Quizá sea mejor abuelo que padre. Le pasa a mucha gente. 


Pedro le acarició la mejilla.


–Me has enseñado mucho sobre las relaciones, cielo. Soy mejor persona desde que estoy contigo.


–Tú también me has enseñado muchas cosas –dijo ella–. Como, por ejemplo, ser honesta respecto a lo que quiero. Y en estos momentos te quiero a tí. Te deseo.


Pedro la abrazó.


–Perfecto. Porque yo también te deseo. 





FIN

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