lunes, 26 de junio de 2023

Falso Compromiso: Capítulo 63

 –De acuerdo, reconozco que debería haberlo consultado contigo  antes, pero es una gente muy discreta y no se lo contarán a nadie.


–Mejor que sea así; de lo contrario, jamás te lo perdonaré –Paula descruzó los brazos–. Entonces, ¿Nada de fotos? ¿Es tu última palabra?


–Prefiero que mi vida privada continúe siendo privada. Solo me concierne a mí, a nadie más.


Una sombra de preocupación cruzó el rostro de ella.


–Pero… ¿Qué le voy a decir a Karina?


–¿Por qué no le cuentas la verdad? –respondió Pedro con una mirada burlona.


–Eso no puedo hacerlo –contestó ella estupefacta–. Perdería mi trabajo.


–Antes o después vas a tener que contárselo a todo el mundo.


–Sí, lo sé. Pero lo tengo todo pensado. Voy a crear un blog respecto a qué hacer tras una ruptura sentimental. No, no te preocupes, no te haré quedar mal. Diré que la ruptura ha sido cosa mía, no tuya.


Pedro se acercó a ella y le puso las manos en los hombros.


–Paula, ¿Qué te parece si yo te saco fotos a ti para que las cuelgues en Internet?


Paula pareció pensarlo durante unos momentos; después, exhaló.


–Más te vale asegurarte de que sean buenas fotos. 


Pedro bajó la cabeza y le dió un beso en la frente.


–Lo serán. 



Después de la cena, Paula estaba sentada con Pedro en la terraza bajo la luz de la luna. Él le había sacado varias fotos por la tarde y todas eran buenas; algunas, extraordinarias. Pedro tenía buen ojo para la iluminación y, a la luz del atardecer, la había sacado preciosa en las fotos. Sin embargo, no podía evitar que la negativa de él a salir con ella en las fotos le desilusionara. ¿Qué tenía de malo? Al menos, sería un recuerdo de aquella semana juntos. ¿Qué daño podía causarle? Ella no tenía fotos de su infancia y esta pequeña contrariedad le hacía recordar, una vez más, que estaba realmente sola. Pero ya no quería estar sola. Después de esa semana, no. Después de estar en los brazos de Pedro en aras de la pasión, no. ¿Por qué no podían prolongar su relación? ¿Por qué se negaba a alargar el tiempo para ver hasta qué punto podían llegar como pareja? Habían tenido pequeñas discusiones, pero eso era normal e incluso sano. La negativa a salir en las fotos con ella era otro aviso del rechazo de él a las relaciones de larga duración y de su propia estupidez por esperar que él cambiara de opinión. ¿Cuántas veces había escrito sobre eso en su columna? Las mujeres creían que podían cambiar a los hombres, pero casi siempre acababan mal. La gente solo cambiaba cuando creía que debía cambiar, cuando necesitaba un cambio. Cuando quería cambiar. No se podía obligar a cambiar a nadie.


–¿Más champán? –Pedro alzó la botella. 


Paula cubrió la copa con la mano. 

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