viernes, 23 de junio de 2023

Falso Compromiso: Capítulo 58

¿A salvo? ¿Y emocionalmente? Abby desechó la idea al instante. No iba a enamorarse de Pedro, eso no era lo acordado. Además, ¿Cómo iba a enamorarse tan rápidamente? Estaba confundiendo el sexo con el amor. ¿No había escrito sobre eso en su columna? Era el típico error que cometía mucha gente; sobre todo, las mujeres. Se confundía el sexo con el amor y, al final, se acababa presa de una profunda decepción. Pedro agarró un tubo de crema solar que les habían dejado allí junto con unas toallas, en la piscina, y le cubrió la espalda con la crema protectora. Ella le hizo lo mismo a él. Entonces, una vez más, la estrechó contra su cuerpo y empezó a acariciárselo mientras la besaba. Él apartó los labios de los de ella y bajó la cabeza para besarle los pechos, para chuparlos y mordisquearlos hasta hacerla gemir de placer. Después de unos minutos así, levantó el rostro e indicó la piscina con un movimiento de cabeza. 


–¿Nos refrescamos un poco?


–¿Podríamos meternos en la parte que no cubre?


–¿Te da miedo el agua?


–Digamos que… Cada vez que intento nadar, alguien me tira un flotador y llama al socorrista. En las casas de acogida en las que estuve las lecciones de natación no eran una prioridad.


–En ese caso y mientras estamos aquí, yo te ayudaré con eso.


–Carolina me contó que ganaste bastantes campeonatos de natación, pero que lo dejaste cuando tus padres se divorciaron –dijo Paula.


El rostro de Pedro ensombreció.


–Sí, digamos que ir al club a entrenar dejó de ser una prioridad para mí.


–¿Por qué? ¿Porque estabas demasiado ocupado cuidando de tu madre y de Caro? –preguntó Paula.


Pedro hizo una mueca.


–Fue un gusto ayudar a Caro, era una niña muy buena y no me molestaba para nada. Lo que pasa es que dejé de hacer lo que los chicos de mi edad hacían. Acabé sintiéndome marginado. De todos modos, supongo que tú sabes mejor que yo lo que es sentirse marginado.


–Sí, claro que lo sé. Y, en mi opinión, lo que hiciste por tu madre y Caro fue extraordinario. Tienen mucha suerte de poder contar contigo.


Pedro le sonrió.


–¿Nos metemos en el agua ya? Si no, vamos a acabar derritiéndonos. 


Pedro pegó el cuerpo al de ella para hacerle sentir su erección.


–Hay un problema con hacer el amor en el agua.


–¿Te refieres al preservativo?


–Sí.


Paula se mordió los labios. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario