viernes, 5 de julio de 2024

Reencuentro Final: Capítulo 45

Paula esperó a que una camarera se llevase las tazas de café para preguntar:


—¿Dónde viven?


—En París. André lo odia.


—¿Por qué?


—Porque le gusta hacer ruido, ensuciarse y hacer deportes.


Ella se rió y respondió:


—Es normal en un niño.


—Exactamente. Pero viven en un elegante piso de París. No lo dejan salir solo, por supuesto. Pero su madre no lo lleva jamás a un parque… Y luego se pregunta por qué André corre dentro del piso…


—¡Pobre niño! —Paula frunció el ceño—. No es vida para un niño, ¿No? 


Pedro dejó el bocadillo en el plato.


—No, no lo es. Por eso he pedido la custodia, custodia exclusiva, si pudiera conseguirla, o custodia compartida si no hay posibilidad. He puesto el tema en manos de un abogado hace poco. Lo habría hecho antes, pero era inútil, si no tenía una residencia fija. No te dan la custodia si viajas de un lado a otro todo el tiempo. Y tampoco quiero eso para André.


—¿Y eso va a cambiar?


—En cuanto termine este trabajo, me darán un puesto fijo en Francia. Es lo que estoy esperando. Tengo que vivir en Francia si quiero la custodia. Tengo que conseguirla. Por el bien de André, por el mío…


Paula se sintió conmovida por su tono de voz.


—Lo echas de menos, ¿No?


—Mucho —Pedro levantó los ojos y la miró—. Él me recuerda a tí,  Paula.


Ella se quedó petrificada.


—No físicamente. En realidad, se parece a mí de pequeño… Pero se parece a tí en el entusiasmo que pone en todo lo que hace.


—¿Quieres decir que soy infantil? —preguntó ella, sin saber si la halagaba o la insultaba.


—No. Bueno… Sí, pero no en un sentido negativo. Me refiero a tu amor por la vida. Es parte de tu encanto…


Ella sintió un cosquilleo en el estómago.


—Por otra parte, hablaste como una mujer madura a la junta directiva. Tenías una presencia sólida…


—Me alegro de que pienses eso… —dijo Paula.


Paula masticó el sándwich mientras pensaba en lo que implicaba aquello. Si su hijo le recordaba a ella, ¿Quería decir eso que había pensado en ella todos esos años cuando había mirado a André? Y teniendo en cuenta su fracaso matrimonial, ¿Se habría arrepentido de lo que le había hecho a ella? Esperaba que fuera así. Que hubiera sufrido por aquello que había destruido. Aunque nunca se equipararía a lo que había sufrido ella.  El regreso a casa fue muy distinto del viaje de ida a la ciudad aquella mañana. Por la mañana habían estado muy callados, sólo habían hablado lo necesario. Algo había cambiado, pensó ella. Su actuación frente a la junta directiva parecía haberle ganado el respeto de Pedro. Ahora él estaba interesado en sus opiniones. 

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