lunes, 29 de julio de 2024

Otra Oportunidad: Capítulo 16

Por el momento, Olivia estaba bien con sus niñeras ¿Pero por qué seguir teniendo niñeras cuando su madre estaba allí? Se había puesto furioso cuando descubrió un folleto sobre adopciones entre los papeles que llevaba en el bolso. Paula iba a renunciar a su hija sin darle la oportunidad de ser padre. Él no sabía nada sobre ser padre, pero era una cuestión de principios. Un hijo debía tener un padre y una madre. Claro que si uno de los progenitores era un sociópata decidido a continuar su apellido como fuera, como lo había sido su padre, esa ecuación no funcionaba. Olivia necesitaba a su madre y él necesitaba que Paula protegiese a la niña de sus demonios. Ella no recordaba nada ¿Pero qué pasaría cuando lo recordase? Daría igual, pensó. Cuando recordase, si algún día recuperaba la memoria, las cosas serían diferentes porque él estaba reinventando la historia. Tal vez solo había pensado en dar a la niña en adopción por cuestiones económicas, pero siendo su mujer tendría todo lo que hubiera deseado y más.


—¿Has dicho que voy a ser tu mujer?


—Sí —respondió él. —¿No lo recuerdas, cara mía?


Ella negó con la cabeza y Pedro vió que sus ojos se llenaban de lágrimas.


—¿Qué ocurre?


—No puedo creer que no recuerde haberme enamorado, que no recuerde que alguien me quiere.


Si él fuese otro hombre seguramente se habría sentido culpable porque no había amor entre ellos. Pasión, desde luego, eso no podía negarlo. ¿Pero amor? Pedro ni siquiera sabía lo que era eso. Experimentaba un sentimiento protector hacia Olivia, un sentimiento que trascendía su propio instinto de supervivencia. Era como tener una parte de sí mismo viviendo fuera de su cuerpo, pero no lo llamaría amor porque él no sabía lo que era eso. Haría lo que tuviese que hacer para que su madre se quedase con ellos, incluso casarse con ella, porque eso era lo mejor para la niña. Y no se sentía culpable.


—Por favor, señor Alfonso —dijo la enfermera entonces. —Con todo respeto, el médico tiene que examinarla antes de nada. La señorita Chaves no debe sufrir presión o angustia de ningún tipo.


—Esto no es una telenovela —replicó él. —No creo que saber algo de su vida vaya a hacerle ningún daño.


La enfermera no sabía nada de sus circunstancias y Pedro no quería que nadie más supiera de Olivia por el momento. La niña tenía un mes y nunca había salido de la casa. Y, a pesar de que él estaba desligado de sus sentimientos, se había encargado de que la llevasen a la habitación de Paula cada día porque una niña recién nacida necesitaba a su madre. Él había necesitado tanto a la suya.

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