lunes, 1 de julio de 2024

Reencuentro Final: Capítulo 35

Después de trabajar una hora en silencio, Pedro carraspeó y le pidió información relativa a la producción de los distintos viñedos.


—¿Desde qué temporada quieres información? —ella se mordió el labio inferior.


Esos datos eran los únicos que no había volcado al ordenador, y los últimos eran de la época de la compra de la propiedad de su padre.


—Sólo me interesan los datos actuales, y las cifras de los últimos años, para compararlos —dijo Pedro.


Paula sacó los archivos necesarios de los armarios de su despacho.


—¿Por dónde quieres empezar? ¿Con qué vino?


—Por donde quieras.


Ella abrió un archivo.


—De acuerdo… Shiraz. La producción de Century Hill del año pasado fue una tonelada y media por acre…


—Es una producción muy baja.


—Sí, pero recuerda que éste es el vino premiado. La vid se hace crecer en seco para asegurar una concentración máxima de gusto.


Él pareció pensativo un momento, luego escribió algo en su ordenador.


—Sigue —le dijo luego.


Paula enumeró rápidamente la producción de todos los vinos, luego se sentó y lo observó escribir.  Así, concentrado en su trabajo, parecía el joven Pedro, y no el despiadado ejecutivo.


—Paula, ¿Estás bien?


Paula volvió al presente.


—Sí, por supuesto… ¿Por qué?


Él la miró.


—No me has oído. Te he hecho una pregunta; varias veces.


—¿Sí? Lo siento. Estaba distraída —dijo Paula. Luego respiró profundamente—. ¿Qué quieres saber?


—Te he preguntado por el agua, cómo te arreglas…


—El agua… Con excepción de la vid del Shiraz seco, controlamos la humedad usando una sonda de neutrones a distinta profundidad en toda la extensión de los viñedos. Las lecturas controlan la cantidad de agua que se aplica a través de un sistema de irrigación a goteo informatizado. Recientemente nosotros, es decir, los productores de la zona, hemos pagado por la construcción de una tubería para traer agua del río Murray. Eso supondrá agua de calidad consistente y nos asegurará un suministro para los años de sequía. ¿Es eso lo que querías saber?


Él asintió, y recogió sus papeles antes de cerrar el ordenador.


—Trabajaré en El Granero el resto del día —dijo.


—Le diré a Tamara que estás allí —dijo Paula.


—Gracias —no la miró—. Mañana, me gustaría hablar contigo sobre los cambios que recomendaré a la junta directiva.


—¿Has terminado tu informe?


—Sí, he terminado. Te alegrará saber que me iré pronto.


Pedro estaba esperando delante de la oficina de Paula con su ordenador portátil en la mano. Quería terminar de una vez por todas la reunión con ella. ¿Por qué no estaba Paula allí? ¿Qué pensaba que ganaba retrasándola? Él había hecho todas las comparaciones de costes, había hecho todos los gráficos y examinado todas las opciones. Lo único que le quedaba era convencerla.

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