lunes, 22 de julio de 2024

Otra Oportunidad: Capítulo 1

Paula Chaves por fin había hecho algo espontáneo y el resultado era un desastre. Su nombre, tan inusual, regalo de una madre hedonista, nunca había representado su personalidad. Ella siempre había sido una chica sencilla y sacar todo el dinero que tenía en el banco para hacer un viaje de ensueño a Camboya no era algo que hubiese entrado nunca en sus planes. Pero su compañera de piso, Jimena, era una de esas personas a las que no podías decir que no. Entusiasta y activa, era la clase de chica que llevaba un aro en la nariz y que se hacía tatuajes cada semana porque sí. 


Y cuando Jimena había dicho que se iba a Angkor Wat con unas amigas para explorar las famosas ruinas y hacer una búsqueda espiritual, Paula se había dejado llevar por la emoción. Había mirado su pasaporte, que no había usado nunca. Había mirado su maleta, que tampoco había usado nunca, y decidió ir con ella. Y todo iba bien hasta que se reunieron con las amigas de Jimena. Lara y Mariana eran como ella, pero aún peor. Más temerarias, más desorganizadas y más borrachas. Supuestamente, habían reservado habitación en varios hostales, pero terminaron durmiendo en un parque y en una casa con paredes de papel. Y cuando los vecinos de habitación se pusieron amorosos, la casa entera temblaba. Y lo peor era que no había entendido inmediatamente por qué, algo que provocó todo tipo de burlas por parte de Lara. Pero los días que habían pasado explorando los pueblecitos de la zona habían sido estupendos y cuando no podía soportar a las chicas, se iba a explorar sola. Esa noche habían llegado a Siem Reap, el pueblo más cercano a las ruinas, pero el hostal estaba lleno. El propietario de un bar les había ofrecido una habitación diminuta y Paula había pasado la noche en vela, pero al día siguiente, cuando fueron a ver las ruinas, se había olvidado del drama y del caos porque aquello era tan precioso, tan sereno, como las fantasías que había tenido siempre sobre lo que había ahí fuera. 


Algo más grande y más emocionante que el pueblo de Georgia en el que vivía. Eran las ruinas de un antiguo templo, pero las piedras contenían más vida y más espíritu que nada que hubiera visto nunca, y cuando respiraba sentía como si estuviera respirando de verdad por primera vez. Y entonces empezó a llover a cántaros. Era la estación del monzón y el agua caía a chorros. Su vestido quedó empapado en unos segundos y tuvo que correr para buscar refugio. Y entonces se dió cuenta de que estaba sola. La habían dejado atrás. El tuk-tuk alquilado había desaparecido con Lara, Jimena y Mariana y los demás turistas debían haber hecho lo propio porque allí no había nadie.

No hay comentarios:

Publicar un comentario