miércoles, 3 de julio de 2024

Reencuentro Final: Capítulo 40

Paula miró la sala de reuniones, y oyó las reacciones iniciales de los directores a la intervención de Pedro. Tenía que admitir que había sido impresionante. Él había estado impresionante. Ahora le tocaba a ella defender su postura. Se puso de pie y ocupó el espacio que había dejado él. En el aire había un rastro de su loción de afeitar. Ella cerró su mente a los recuerdos que evocaba aquel perfume. Había estado casi toda la noche preparando su intervención y sabía que en lo concerniente a profesionalidad y pulcritud igualaría a la de Pedro. Pero era el contenido lo que era esencial. ¿Habría hecho un trabajo suficientemente bueno? Rogó en silencio que su padre la ayudase desde donde estuviera y se preparó para empezar. Sonrió y miró al público. 


—Gracias, Pedro, por tu presentación. Estoy segura de que todos estarán impresionados por tus conocimientos del mercado internacional del vino —esperó a que se acallara el murmullo—. Pero en lo relativo a Vinos Chavland creo que te equivocas. Y mucho —no quiso mirarlo—. Sé que todos han visto mis proyectos para el negocio anteriormente, pero me he tomado la libertad de imprimir una copia para cada uno de ustedes —puso los documentos en el centro de la mesa—. Porque creo que a algunos de ellos, sino a todos, no se les ha prestado la suficiente atención en la dirección de L’Alliance —sonrió.


No era momento de mostrar su enfado porque hubieran ignorado totalmente sus propuestas cuando las había hecho. Caminó hasta el ordenador y proyectó la primera imagen.


—Según lo que acaba de decir Pedro, hay una sola forma de aumentar las ganancias, y es aumentar la producción. Nos ha presentado tres opciones, pero todas se basan en eso —Paula miró a cada uno de los directores, excepto a uno—. Caballeros, mi intención es mostraros cómo se puede aumentar la ganancia sin destruir todo lo que Vinos Lowland significa.


Paula se giró hacia la pantalla y continuó:


—Aquí están las cifras basadas en las opciones que ha mostrado Pierre, la uno, la dos y la tres —pulsó el ratón y apareció otra al lado—. Y aquí está la ganancia estimada basada en las propuestas de mis planes para el negocio.


Hubo una exclamación del público. Paula los miró.


—Veo que algunos de ustedes están sorprendidos de que yo ya hubiera previsto un aumento de las ganancias sin ninguna propuesta de aumento de la producción.


Paula vió que Simón le estaba sonriendo, y trató de contener su propia sonrisa. Bruno King, sentado a la cabecera de la mesa, carraspeó y dijo:


—Admito que ha pasado mucho tiempo desde que leí el informe de tu plan, Paula. ¿Puedes recordarnos cómo propones conseguir el aumento de las ganancias?


—Por supuesto, Bruno. Será un placer —ocultó su sonrisa y pulsó el ratón para proyectar la siguiente imagen. 


Paula se había quedado sola en la sala de reuniones. Se había quitado la chaqueta y se había abierto dos botones de la blusa, pero aún tenía calor, así que se había recogido el cabello, y se había puesto debajo del aire acondicionado a ver si le llegaba un solo soplo de aire fresco. Pero se dió por vencida y empezó a recoger su ordenador portátil.


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