lunes, 25 de noviembre de 2024

Nuestros Bebés: Capítulo 30

 —El médico ya nos ha advertido que los partos múltiples pueden acarrear complicaciones. Aunque todo vaya bien, y espero que así sea, tus gastos después de que nazcan los niños serán el doble de lo que habías esperado. Vas a necesitar cada centavo que hayas ahorrado y probablemente más. Confieso que no me gusta la idea de que tengas que depender de tu ex marido. ¿Qué harás si no te pasa el siguiente plazo? Por muy de fiar que sea, ¿cuánto tiempo crees que los dos niños y tú pueden vivir con cuatro plazos anuales de cinco mil dólares cada uno? Si te quedas a vivir conmigo conseguirás dos cosas. Primero, te permitirá ahorrar dinero para más adelante. 


—¿Y cuál es la otra?


—Yo te podré ayudar.


Paula contempló cómo las manos de Pedro asían la suya. El contacto la distraía, pero también la reconfortaba, igual que había ocurrido anteriormente en la consulta del doctor Rollins. Sin embargo, la enormidad de lo que había ocurrido aquella semana pasada la abrumaba y asustaba al mismo tiempo. De repente, él le soltó la mano y se sacó una fotografía del bolsillo de la camisa. La estudió durante un momento. Sus rasgos se suavizaron y sonrió antes de dársela.


—La enfermera me dió esto mientras tú te estabas vistiendo.


Paula tomó la fotografía, que era un duplicado de lo que habían visto en la pantalla de ultrasonidos. Sus niños. Tuvo que contener las lágrimas.


—Nunca me he parado a considerar lo que ocurriría si me quedaba embarazada. Después de años de someterme a pruebas e incluso una fecundación in vitro que no salió bien, casi me había dado por vencida. Sinceramente, no creí que pudiera tener un hijo nunca.


—Sin embargo, así es.


—Quería tanto un hijo que me centré solo en eso. No pensaba en otra cosa. Sabiéndolo, nunca pondría en peligro a un hijo mío, pero eso es lo que he hecho.


—No puedes cambiar lo que ocurrió ayer o el día anterior, pero puedes cambiar lo que ocurrirá mañana. De ahora en adelante —añadió, apartándole un mechón de la sien—, tú o yo ya no importamos. Solo nuestros hijos y lo que sea mejor para ellos.


—Quiero hacer lo mejor para ellos, pero tengo miedo de equivocarme.


—Los dos hemos cometido errores. Yo estoy dispuesto a hacer lo que sea para dar a nuestros hijos una oportunidad, pero no puedo hacerlo solo. Y tú tampoco. Confía en mí, Paula, para hacer lo que es mejor para tí y para nuestros hijos. Vente a vivir conmigo.


Paula miró una vez más la ecografía. Eran tan pequeños... Tan indefensos. ¿Qué era lo mejor para ellos? Su ex marido había provocado que le resultara imposible confiar en otro hombre. Sin embargo, sabía que Pedro tenía razón. Mudarse a vivir con él no significaba darle el control de todo. Ni confiar en él. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario