lunes, 23 de junio de 2025

Mi Destino Eres Tú: Capítulo 19

 Temió que fuese un niño que se había escapado de su casa. Miró a Paula. Se había puesto una camisa vaquera blanca y unos pantalones, también vaqueros, desteñidos. Se había tapado las piernas, pero él nunca las olvidaría.


—¿Qué te trae por aquí? —él le sonrió—. No te cansas de mí, ¿Eh?


Paula quiso borrarle esa sonrisa del rostro y sabía que él quería que desapareciera, pero no pensaba marcharse a ningún lado hasta que le hubiera dicho lo que quería decirle.


—Ya me he cansado de tí, Pedro. En realidad, estoy harta. Además, ese beso de antes… No fue una buena idea. No creas que ha cambiado algo entre nosotros.


Él se acercó y ella tuvo que hacer un esfuerzo para no moverse.


—Vaya, yo creía que había sido algo placentero.


—Pues te equivocas. Aquel fin se semana que pasamos juntos fue hace mucho tiempo. No sería sensato por parte de ninguno de los dos que empezáramos algo ahora.


—¿Eso era lo que querías decirme cuando te aferrabas a mí?


Ella tuvo que hacer otro esfuerzo para contener la furia.


—Había un tornado. Si acaso, te aprovechaste de mí.


—Si tú lo dices… —replicó él encogiéndose de hombros.


Ese hombre la sacaba de sus casillas, pero no podía permitir que él lo notara.


—Entonces, ¿Estamos de acuerdo en que debemosmantenernos alejados el uno del otro?


—Me parece que es más seguro para mí que no te cruces en mi camino. No se puede saber lo que pasará la próxima vez que estés cerca.


Ella esbozó una sonrisa forzada.


—Un motivo más para que nos eludamos.


—De acuerdo —concedió él—. Cambiaré de acera si te veo. Es preferible que la gente no sepa que alguna vez te has relacionado con alguien como yo.


—No quiero decir eso. Es que tengo que hacer campaña. Para mí es importante entrar en el Ayuntamiento.


Él la miró fijamente con sus intensos ojos azules.


—Tienes razón, somos tu primer escalón para que llegues a Washington.



Casi una semana después, sonó el despertador y Paula se levantó de la cama. Esa mañana le costó encontrar entusiasmo para empezar el día. Salió del dormitorio principal de la casa de dos dormitorios del pueblo y fue a la cocina. Esa casa fue de su padre cuando estuvo en el Senado y, sobre todo, la usaba el personal o los visitantes. Cuando ella volvió, se mudó allí para estar cerca de su trabajo en el proyecto Vista Verde. Como Miguel se había jubilado, se la cedió. A ella le encantaba vivir en la vieja casa familiar del rancho, pero también le gustaba estar cerca de sus amigos y del trabajo. Habían estado haciendo los trabajos preliminares para la segunda fase de Vista Verde y ella, como directora del proyecto, le había dedicado muchas horas. La primera fase de casas asequibles de Construcciones AC se vendió inmediatamente y ya había lista de espera para las veinticuatro siguientes. El ranchero Adrián Casali tenía el dinero y la perspicacia para financiar el proyecto de casas asequibles. Estaba previsto que la semana siguiente se empezaran rellenar los cimientos con hormigón, salvo que hiciera mal tiempo u ocurriera algún percance. ¡No! No podían ocurrir percances, no lo permitiría. Ya tenía el presupuesto de las subcontratas y era casi la misma gente que en la fase anterior. Sabía que se podía confiar en ellos y que habían hecho un trabajo magnífico.

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