viernes, 27 de diciembre de 2024

Busco Prometida: Capítulo 15

 —Sé que no tienes motivos para confiar en mí, pero dame una oportunidad de demostrarte que puedes hacerlo. Esto nos beneficiará a los dos. Tenemos la química necesaria para que resulte creíble. Sé que tú también la sientes.


Sí, la sentía. Su cuerpo vibraba con el deseo de acercarse más a él, de recorrer con los labios la fuerte columna de su cuello.


—Tendríamos que establecer unos términos antes de que me lo siga planteando —dijo ella obligándose a pensar y a ignorar el deseo que la invadía.


—Claro.


Pedro apartó las manos y ella deseó que no lo hubiera hecho. Se sentaron de nuevo.


—Te propongo esto: Arum quiere pasarse a la energía verde y yo quiero ese contrato. Un contrato con ellos me abrirá muchas puertas que se me han cerrado en San Francisco y en el país. Una vez tenga el acuerdo cerrado, no tendremos que volver a vernos, pero seguirás llevando mi anillo. Tras un tiempo prudencial, podrás quitártelo y seguir con tu vida. No tendrás que volver a verme si no quieres.


—¿Anillo…?


—Claro. Estaremos prometidos —dijo él arrugando los labios como si, por un instante, hubiera estado a punto de escapársele una sonrisa—. Tendremos tres citas. Te pediré matrimonio en la primera. Después de la tercera, te mudarás a vivir conmigo.


—¿Mudarme contigo? ¡Pero si ni siquiera sé dónde vives!


Paula entró en pánico. ¿Cómo iba a poder vivir en la misma casa, con la atracción que sentía por él y sabiendo que todo lo que harían sería fingido?


—Vivo en Sea Cliff. Ahora ya lo sabes. Mi prometida no puede vivir con su hermano cuando debería estar planeando una boda conmigo.


—Eso es verdad… —dijo ella con la voz entrecortada.


—Una vez termine todo esto, podrás vivir donde quieras. Te ayudaré si lo necesitas.


—Es posible que Javier venga a buscarme después de que tú y yo rompamos el compromiso.


—Conozco a los hombres como él. Lo único que necesitamos es tiempo y muchas apariciones públicas para vender la idea de que estamos perdidamente enamorados. Harrison no querrá que parezca que ha estado esperándote. Te garantizo que tendrá a otra mujer en sus brazos antes de que nosotros anulemos el compromiso.


—Querrá que parezca que ha salido ganando y puede que incluso emita algún comunicado.


—Eso es. Y entonces dejaremos de ser el centro de atención. ¿Cuándo iban a casarse?


—El año que viene.


—Si accedes a esto, esa boda no se celebrará nunca. ¿Qué me dices?


Era una locura. Se le aceleró el corazón solo de pensarlo. Tendría que mentir a su hermano y a su madre. Pero eso le daría una vida propia. Era lo que Pedro le ofrecía, y, a cambio, lo único que él quería era un acuerdo justo que se le había negado hasta el momento. Además, aunque todo fuera a ser una farsa, la idea de estar cerca de él y conocerlo mejor resultaba de lo más tentador. Ese hombre le hacía sentir cosas que no había sentido nunca. Incluso ahora, con solo mirarla, estaba derritiéndola por dentro. Sí, era una locura, pero él tenía razón. Ambos saldrían beneficiados.


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