miércoles, 11 de septiembre de 2024

Un Trato Arriesgado: Capítulo 31

 –Cinco millones de libras por un año de tu vida no me parece una oferta poco razonable. El trato será el mismo. Solo tendrás que vivir aquí en la mansión Zolezzi en vez de en Ferndown House.


–Con una importante diferencia. Tú dijiste que no irías a tu casa de Hampstead muy a menudo, pero me estás pidiendo que comparta la casa de tu familia en España con ellos y contigo. Por muy grande que sea, no podremos evitarnos el uno al otro completamente.


–De eso se trata precisamente. Tendremos que vivir juntos para demostrarle a mi abuelo que nuestro matrimonio es real.


–Pero no lo es. Y no tiene sentido que tu abuelo insista en que sigas casado conmigo cuando no me tolera y sabe que yo no soy la clase de mujer por la que tú te sientes atraído.


La expresión de Pedro era inescrutable, pero Paula no tardó en comprender la verdad.


–Alfredo cree que no podrás soportar estar casado conmigo durante un año entero, ¿Verdad?


–Se equivoca. Haré lo que tenga que hacer.


–Tal vez a tí no te importe seguir así y pensar en el puesto que vas a ganar estando casada con la novia de Frankenstein, pero a mí sí me importa. No puedes obligarme a quedarme.


–Creo que estás siendo algo melodramática –replicó Pedro–. No puedo obligarte a seguir casada conmigo, es cierto, pero te sugiero que pienses en lo que puedes perder si te marchas ahora. Me dijiste que el padre de tu hija quiere la custodia de Poppy y que va a tratar de demostrar que no puedes tenerla viviendo a tu lado. Resulta fácil ver qué decisión tomará el juez si estás viviendo en la calle o en una vivienda que te hayan proporcionado los servicios sociales.


Paula tragó saliva. Sabía que Pedro tenía razón.


–Sin embargo –prosiguió él–, eres mi esposa y Sofía es mi hijastra. Yo me aseguraré de que tengas el apoyo del mejor equipo legal. Creo que es probable que cualquier tribunal falle favorablemente al hecho de que Sofía está viviendo en una casa cómoda, rodeada de una unidad familiar. Creo que así sí le permitirán quedarse con su madre.


–Si tu abuelo sospecha que has intentado engañarle, ¿Cómo vamos a convencerle de que nuestro matrimonio no es falso? Nadie se creerá que te has enamorado de alguien como yo. Has salido con algunas de las mujeres más hermosas del mundo y, con frecuencia, se te ve en compañía de una supermodelo o una actriz famosa. Sé perfectamente el aspecto que tengo. Siempre he sido delgada y, evidentemente, me puse en la cola equivocada cuando repartieron los pechos, pero…


Pedro soltó una carcajada. Fue algo tan inesperado que Paula lo miró fijamente, hipnotizada por el modo en el que sus labios se habían fruncido.


–Eres muy graciosa –comentó él, como si hubiera descubierto algo inesperado sobre ella. Entonces, extendió la mano y le tocó el cabello–. Ahora veo de dónde lo ha sacado tu hija.


De repente, a Paula le costó hablar. Se le había secado demasiado la boca.


–El cabello de Sofía es mucho más claro que el mío.


–Tu cabello es del color del ámbar. Cuando te lo dejas suelto, te queda muy bien.


–Después de darme una ducha, salí para que el cabello se me secara al sol. Normalmente lo llevo recogido para que no se me enrede cuando juego con Sofía…

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