lunes, 13 de mayo de 2024

Quédate Conmigo: Capítulo 22

 –En la oficina de correos dicen que van a convertirla en un hotel o en un centro de conferencias –siguió Leticia.


–Corren todo tipo de rumores por ahí –asintió Paula–. Pero debes admitir que la finca sería perfecta para eso. Es preciosa y probablemente hay sitio suficiente para hacer un campo de golf.


–¿De verdad? ¿Cuánto ocupa un campo de golf?


Paula sonrió.


–No tengo ni idea, pero mira el lado bueno del asunto: Sea quien sea el nuevo propietario, es evidente que tiene dinero. Y eso significa que contratará gente, de modo que Diego podría tener trabajo.


–Y a lo mejor Iván también –dijo Leticia, esperanzada–. Incluso yo podría hacer más horas.


–¿Iván está en casa?


–Según él, está estudiando… Cómo lanzar una caña de pescar, por supuesto.


Eso respondía a su pregunta.


–Bueno, si tiene tiempo podría ir a buscar mi bicicleta. Sigue tirada en la zanja.


–Se lo diré cuando vuelva a casa para comerse todo lo que hay en la nevera.


En cuanto Leticia se marchó, Paula tomó el teléfono para llamar a la casa.


–Cranbrook Hall.


La voz, desconocida, era de mujer.


–¿Señorita Webb?


–Sí, soy yo.


–Bienvenida a Cranbrook Park. Soy Paula Chaves–se presentó.


–¿Y qué quería, señorita Chaves?


–Trabajo para el Maybridge Observer y me han dicho que Cranbrook Park tiene un nuevo propietario. Como imaginará, hay todo tipo de rumores volando por ahí. La gente espera que se creen puestos de trabajo…


La señorita Webb no respondió.


–Siempre ha habido una gran relación entre la finca y el pueblo –siguió Paula–. Eventos benéficos y ese tipo de cosas… –Nada, la secretaria no decía ni pío–. Me gustaría hablar con usted sobre el futuro de la finca.


–¿En su periódico no hablan unos con otros? –le preguntó la señorita Webb por fin–. Hace media hora he hablado con su editor y le he dicho lo que voy a decirle a usted: El señor Alfonso no quiere hablar con reporteros.


–Lo siento, no he estado en la oficina esta mañana y, aunque mi editor está buscando datos, yo estoy más interesada en el lado humano de la noticia. Como he dicho, Cranbrook Park es parte de la comunidad…


En ese momento, el nombre se registró en su cerebro. «El señor Alfonso». No, no podía ser. O tal vez era una coincidencia.


–¿Ha dicho Alfonso?


–Pregúntele a su editor, señorita Chaves. Él tiene todos los detalles que estamos dispuestos a filtrar a la prensa.


–Muy bien, gracias.


No. Imposible. No, no, no, no, no…

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