lunes, 13 de mayo de 2024

Quédate Conmigo: Capítulo 21

 –¿Paula?


–Ah, perdona. Es que me he caído de la bicicleta.


–¿Y quién era ese hombre?


Paula le contó una versión editada del accidente.


–Me han dicho que se ha vendido la finca, por cierto –dijo luego, intentando cambiar de tema.


–¿Quién te ha dicho eso? No se hará público hasta el lunes.


–No te preocupes, no diré nada hasta que sea oficial. Así podré investigar un poco.


Algo interesante que añadir a su artículo sobre la historia de Cranbrook Park en el que estaba trabajando desde que empezó a rumorearse que la finca sería vendida.


–Verás… –Leticia alargó la palabra como si fuera una goma elástica mientras tomaba una galleta–. Según la secretaria del abogado, la ha comprado un multimillonario.


–Bueno, era de esperar –dijo Paula. ¿Quién más podría comprar una finca así?–. ¿Sabes algo de él? ¿Está casado? ¿Tiene hijos? Esos eran los detalles que querrían conocer los lectores del Observer.


–He recibido una llamada de una tal Beatríz Webb esta mañana. Dice que quiere discutir mi futuro en la finca y me ha citado para el lunes.


–¿Es la secretaria del millonario?


–No lo sé –respondió Leticia–. Debería haber preguntado, pero me quedé tan sorprendida que solo pude decir: «Allí estaré».


Paula intentó contener su impaciencia.


–Espero que no vaya a darte una mala noticia.


–Yo también –Leticia suspiró–. Con Diego trabajando a tiempo parcial e Iván sin empleo, las pocas horas que trabajo en la oficina y el dinero que tú me pagas por cuidar de Sofi es lo único que nos mantiene a flote.


–No te preocupes, el nuevo propietario seguirá necesitando gente que lleve la finca.


Paula no mencionó que le había pedido a Pedro que buscase un trabajo para Iván. No tenía sentido crear falsas esperanzas. Leticia hizo una mueca.


–La señorita Webb parecía capaz de dirigirlo todo con una mano atada a la espalda.


–Pero probablemente ella tendrá trabajo en Londres.


–¿Londres?


–Imagino que es allí donde vive el millonario. Una finca en el campo es algo para los fines de semana.


Si la señorita Webb pensaba organizar fiestas y cacerías para sus amistades, necesitaría a alguien que cuidase la finca. Alguien como Pedro. Paula sintió un cosquilleo de anticipación y tomó una galleta de chocolate para intentar contenerla. Pedro Alfonso era una amenaza y tenía suficientes problemas como para pensar en él. Además, Pedro nunca estaría interesado en ella. Que aún sintiera la marca de sus labios no significaba nada.

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