miércoles, 3 de septiembre de 2025

La Niñera: Capítulo 84

Se fueron solos caminando de la mano. Paula pensó que su corazón iba a estallar de felicidad. Sólo había una cosa que le preocupaba y que le tenía que decir.


—Hay algo que te tengo que decir.


—Parece algo grave.


Paula le sonrió.


—Eso depende de los puntos de vista. Voy... Vamos a tener un niño.


Se quedó parado donde estaba.


—¿Qué?


—De hecho, a lo mejor dos. Mi madre dice que es mucha tripa para uno.


—¿Grande? ¿Dos? ¿Cuándo? —le preguntó.


—En navidad —le respondió.


Se quedó mirándola como embobado. Después, estiró la mano y se la puso en la tripa.


—Paula —le dijo. La abrazó—. Paula —volvió a repetir y permaneció en silencio durante un rato, abrazado a ella, protegiéndola con sus brazos.


Cuando la soltó, vió que tenía cara de felicidad.


—Cuando perdí a Silvana, pensé que no me iba a poder enamorar nunca más —le dijo—. Pero cuando te conocí, sentí que eras una luz en aquella oscuridad. Supongo que por eso no entendía lo que Gabriela estaba haciendo.


—¿Se lo has dicho?


—¿Lo nuestro? Lo sabía. Creo que sabe que yo nunca me habría enamorado de ella y, para serte sincero, creo que ella tampoco estaba enamorado de mí. Yo era como un reto para ella. Como te decía antes, la he dejado encargada de Birmingham. De esa manera, podré tener más tiempo para dedicar a mi familia.


—¿Lo dices en serio? —le preguntó Paula, sin acabar de creérselo.


Pedro le levantó el mentón, obligándola a mirarlo a los ojos y Paula vió el amor reflejado en aquellos ojos verdes.


—Hablo en serio. Te quiero y quiero estar contigo para siempre.


Todo parecía maravilloso, pero había un punto que aclarar.


—En cuanto a tu niñera anterior...


—¿Qué ocurre con ella?


—¿Por qué se fue?


—Porque se quedó embarazada. Su novio Tadeo y ella no tomaron las debidas precauciones. Ya sabes lo que pasa.


Paula sintió que el corazón le iba a estallar de felicidad.


—Claro que sé lo que pasa. Bueno, señor Alfonso, ¿Cuándo tienes pensado hacerme tu mujer?


Pedro sonrió.


—Aquí hay un párroco, vamos a hablar con él y ponemos una fecha. Cuanto antes mejor.



Paula se echó a reír...







FIN

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