Mi Destino Eres Tú: Capítulo 63

Paula estaba pasándolo bien, pero también podría tomarse un momento para recuperar el aliento. La noche había ido bien. En realidad, había sido casi perfecta. El único fastidio había sido su padre, que estaba presionándola. Que hubiese llevado a los peces gordos de Austin demostraba que quería para ella algo más un asiento en el Ayuntamiento de Kerry Springs. Sin embargo, ¿quería ella algo más? Los Chaves habían estado metidos en la política desde hacía varias generaciones y era lo que se esperaba de ella que, como era la niña de los ojos de su padre, quería complacerlo. Miró hacia la barra y vió a Pedro. Tenía gracia que quisiera ser su chica. Fue con Yanina a la mesa de donaciones. Gracias a Yanina, que era más lista de lo que se había imaginado, seguía la subasta silenciosa de las colchas de retazos y algunos de los objetos más caros, como un viaje de fin de semana a Las Vegas, y había puesto los objetos en Internet para conseguir pujas. Su directora de campaña miró alrededor.

—El resultado es mejor de lo que me había esperado.

—La mayoría ha venido para comer gratis —le recordó Paula—. Es la inauguración de Pedro…

Ella esperaba que todos se convirtieran en clientes habituales y no lo dudaba después de oír los halagos sobre la comida. Quería que fuese una noche triunfal para los dos.

—También han venido para verte —insistió Yanina—. Además, si Leticia fue a buscarte ayer, eso significa que está preocupada — su amiga sonrió—. Me encanta.

A Paula le costaba pensar en las elecciones en ese momento. Pensaba en Pedro. En teoría, deberían verse más tarde. ¿Quería ir más lejos con un hombre que no la había querido en el pasado? Miró hacia el bar lleno de gente. Muchos hombres eran amigos de él y las mujeres seguramente querían que les prestara un poco de atención… Y él no las defraudaba.

—¿Estás preparada? —le preguntó Yanina—. Tengo algunas sorpresas, sobre todo, una del dueño de un bar.

Paula la agarró de un brazo.

—¿Qué has conseguido que haga Pedro?

—¿Te importa? —Yanina la miró con curiosidad—. Dijiste que no eran pareja. ¿Ha pasado algo que no me hayas contado?

Había muchas cosas que ni siquiera se había reconocido a sí misma. La más importante era que no había dejado de amar a Pedro Alfonso. Sin embargo, él no había dicho nada. ¿Sería ése el motivo para que quisiera verla más tarde?

—Paula, ¿Ha pasado algo entre ustedes dos?

—Claro que no.

—Entonces, perfecto —Yanina tomó el micrófono para pedir la atención de todo el mundo—. En primer lugar, Paula y yo queremos darles las gracias por haber venido. Además, también queremos agradecerle a Pedro Alfonso que nos haya permitido aprovechar su inauguración para apoyar a esta causa. Gracias, Pedro —se oyeron unos vítores y él saludó con la mano desde detrás de la barra—. Ahora, les presentaré a la mujer del momento, a Paula Chaves, la candidata al Ayuntamiento de Kerry Springs.

Se oyeron más vítores y Yanina le dió el micrófono. Paula sonrió antes de hablar.

—No puedo expresar con palabras lo contenta que estoy de que hayan venido a apoyar el club infantil y por su generosidad. Unas gracias inmensas a Construcciones AC por regalarnos la reforma del edificio. Gracias, Antonio y Alicia —se oyó una ovación—. Estoy segura de que el Ayuntamiento tendrá que tomarse este asunto en serio.

—Lo hará cuando hayas entrado —dijo una voz.

Todo el mundo vitoreó y ella sonrió.

—Gracias otra vez por haber venido esta noche.

Paula le devolvió el micrófono a Yanina, quien anunció los ganadores de la subasta silenciosa y sacó otros nombres de la pecera.

—Muy bien. La rifa ha terminado, pero tengo otro premio de último momento —Yanina sonrió de oreja a oreja—. Es una cena para dos aquí, en Alfonso’s Place. ¿Quién puja por la especialidad del chef Diego y por su maravilloso pastel aterciopelado?