lunes, 14 de julio de 2025

Mi Destino Eres Tú: Capítulo 60

 —¿Tú crees?


—Pedro, lo has reformado muy bien —ella dejó las flores en una mesa—. Los colores son maravillosos.


Tamara se unió a ellos.


—Esperamos que a la gente también le gusten los cambios. Al fin y al cabo, el bar de Juan era una institución.


—Bueno, este pueblo puede soportar un poco de modernización.


Norma miró a su hijo, que se había puesto unos pantalones de color gris oscuro y una camisa azul claro, sin corbata.


—Estás muy guapo —comentó ella.


—Gracias.


Pedro miró por encima del hombro de ella y vió a Paula, que entraba por la puerta. Estaba impresionante. Llevaba unos pantalones negros de pierna ancha y una blusa de color crema con un cinturón que era una cadena. El pelo moreno como el carbón le caía sobre las mejillas. También llevaba una pecera de cristal bastante grande que dejó en la mesa con los premios mientras la familia y amigos empezaban a llegar. Por fin, lo miró y lo saludó con la mano antes de acercarse.


—Pedro, todo está precioso. Todo el mundo está emocionado con la inauguración. Puedes esperar un lleno absoluto.


—Eso era lo que esperaba.


Ella lo miró a esos increíbles y seductores ojos.


—Has hecho algo más que esperarlo, Pedro, has trabajado una barbaridad —dijo ella—. Me alegro mucho. Tiene que ser como un sueño hecho realidad para tí.


—Casi. Espera un minuto.


Pedro fue a la barra, sirvió dos copas de champán y volvió.


—Quiero empezar bien antes de que la noche se convierta en un disparate.


—De acuerdo —concedió ella sin dejar de parpadear.


—Por los sueños que se hacen realidad —brindó Pedro levantando la copa.


—Por todos nosotros —añadió ella.


Dieron un sorbo y entonces, para sorpresa de ella, Pedro se inclinó y la besó levemente en los labios. Las dos semanas anteriores él se había portado bien, pero quizá es noche quisiera algo más…


—¿Por qué ha sido eso? —preguntó ella.


—Por muchos motivos pero, sobre todo, porque me cuesta resistirme a tí.


Ella tragó saliva y se repuso enseguida.


—Esperemos que a los votantes les pase lo mismo pero, pase lo que pase, nunca podré agradecerte bastante que hayas organizado esta recaudación de fondos.


—Creo que los dos nos ayudamos mucho.


Pedro dió otro sorbo, pero no dejó de mirarla.


—Claro que recaudarás mucho dinero —añadió él.


—Tampoco está mal tener a un guapo Alfonso de tu lado. Seguro que puedes sacarle algo de dinero a las clientas.


Él hizo una mueca.


—Entonces, ¿Practicamos el dicho «Divide y vencerás »? — preguntó.


El sitio empezaba a llenarse y cada vez había más ruido. Se acercó a ella y le tomó la mano.


No hay comentarios:

Publicar un comentario