lunes, 19 de agosto de 2024

Otra Oportunidad: Capítulo 57

 —No lo sé porque perdí la capacidad de sentir el día que me arrancaron de los brazos de mi madre. Y no digo eso buscando compasión. Tú me has hecho una pregunta sincera y yo intento ser sincero también. No me cuesta nada admitirlo, estoy roto.


—¿Por qué? ¿Porque tu padre dijo que lo estabas?


—No, porque lo estaba él y me rompió para hacerme a su imagen y semejanza. He aprendido a mirar mis sentimientos a cierta distancia, pero no he aprendido a experimentarlos.


—Yo creo que hay algo más.


—No sigas por ahí, Paula, yo no quiero hacerte daño.


—Pero estás dispuesto a hacerlo.


—Es inevitable.


—Cuando te conocí pensé que eras un predador y tenía miedo de ser tu presa, pero nunca me porté como si fuera una presa indefensa y no voy a portarme así ahora.


—Quiero poseerte, esa es la verdad. Lo he querido desde el día que te conocí.


—Y yo quiero poseerte a tí —dijo Paula.


—Pero no puedes hacerlo.


—¿Por qué no puedo? —lo retó ella, dando un paso adelante. Cuando se apretó contra él pudo sentir la prueba de su deseo empujando contra el pantalón. —Tú me deseas, no puedes evitarlo. ¿Ha habido otra mujer en todo este tiempo?


Aceptaría la respuesta, fuese la que fuese, pero la idea de Pedro tocando a otra mujer hacía que lo viese todo rojo.


—No —respondió él. —No he estado con otra mujer desde que te conocí.


—Y aunque decías no querer tener hijos, fuiste a buscarme. ¿Por qué cambiaste de opinión?


—Yo no quería una hija —respondió él, con voz ronca. —Pensé que tú no la querías y…


—Pero ahora sabes que la quería, que nunca pensé darla en adopción, y te has casado conmigo. Quieres que estemos los tres juntos, pero pretendes mantenernos a distancia.


—No se trata de lo que yo quiera o no, sencillamente es así. Yo soy así.


—Te mientes a tí mismo, Pedro, nos mientes a los dos.


—¿Has venido a acostarte conmigo o has venido a hablar?


—Podemos hacer las dos cosas —respondió ella. —Antes hablábamos mientras hacíamos el amor.


—Yo no sé hacer el amor.


Estaba intentando apartarla porque no sabía lo que quería. Quería tenerla cerca, pero en cuanto estaba demasiado cerca se apartaba. Pero ella no iba a permitirlo, ya no.


—Ya, claro, por eso te importa tanto darme placer.

No hay comentarios:

Publicar un comentario