viernes, 23 de mayo de 2025

Has Vuelto A Mí: Capítulo 34

Sus duras palabras se le clavaron en el corazón. Aturdida y devastada, nunca llegó a entender cómo era posible que el hombre con quien tanto había intimado en tan poco tiempo pudiera cerrarse en banda y alejarse sin mirar atrás. Haría bien en tenerlo presente antes de que las grietas echaran abajo sus defensas. Por suerte Pedro no había mencionado lo ocurrido en la playa, y ella se había volcado por entero en el trabajo para fingir que todo iba bien. Acabaría el proyecto aquella semana sin que él supiera el poder que seguía ejerciendo sobre ella. Señaló un letrero con la mano libre.


–¿Cómo se te ha ocurrido ponerle a la escuela el nombre Winki Pop? Suena a cuento infantil.


Pedro fingió sentirse indignado.


–Para que lo sepas, Winki Pop es uno de los mejores sitios para hacer surf. Además, su nombre tiene más gancho que los otros.


–¿Como cuáles?


–Soutshide, Centreside, Rincon...


–Tienes razón. El nombre tiene su encanto.


–Pues claro... Por algo es el mío –le guiñó un ojo–. Mr Winki. Señor «Guiño».


Paula soltó un gemido por el pésimo chiste mientras él se reía, recordándole un tiempo en el que bromeaban con la mayor naturalidad y desparpajo. Un tiempo mágico, hasta que la realidad se impuso. Escuchó con atención sus explicaciones mientras recorrían la escuela y tomaba notas mentalmente. Lo sensato sería sacar su iPhone o su cuaderno de notas y grabar o apuntarlo todo, pero para ello tendría que soltar la mano de Pedro. Y si lo hacía él le preguntaría el motivo y si tenía relación con lo sucedido en la playa y bla, bla, bla. No, no quería profundizar en ello. Llegaron al almacén y él abrió la puerta.


–¿Preparada para ponerle el toque maestro a los foros que has sugerido?


Confusa, Paula miró las tablas de surf y los trajes de neopreno de todas las tallas y colores.


–No sé a qué te refieres.


La sonrisa de Pedro le dijo que no iba a gustarle nada su sugerencia.


–Si vas a ser la moderadora del foro de la escuela on-line, tendrás que saber lo que es el surf.


Paula se quedó anonadada.


–¿Yo? ¿En una tabla de surf? ¿Ahí fuera? –preguntó con voz chillona mientras señalaba en dirección al océano.


–Sí. Y no hay mejor momento para empezar que ahora mismo.


Y un cuerno. A Paula le encantaba nadar y le encantaba el mar, pero por nada del mundo haría el ridículo sobre una tabla delante de Pedro. Siempre había querido aprender a hacer surf, pero no allí, no en aquel momento, y desde luego no con él. Ni hablar.


–Lo siento. No he traído el bañador. A lo mejor la próxima vez...


–Seguro que tenemos algo de tu talla.

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