lunes, 19 de mayo de 2025

Has Vuelto A Mí: Capítulo 25

Pedro quiso defender a esas pobres mujeres a las que su hermano acababa de criticar con tanta crueldad, pero por desgracia no podía refutarlo. Las mujeres que había llevado a casa eran exactamente como Federico las había descrito, y en nada se parecían a Paula.


–No es real, ¿Verdad? –insistió Federico, siguiéndolo a la cocina–. Te lo has inventado todo para que mamá te deje en paz y no intente emparejarte con alguna chica del pueblo.


Pedro le entregó una cerveza, abrió otra para Tomás y un refresco de naranja para Violeta.


–Es real. Y la conocerás en la boda, como todo el mundo.


–¿Seguro que no tiene dos cabezas?


–Créeme, Paula es una mujer muy...


–¿Paula? ¿La Paula?


Federico bajó la cerveza y miró con curiosidad a Pedro, mientras él se maldecía en silencio por aquel desliz. No quería revelar la identidad de Paula antes de la boda, y mucho menos a Federico, el único Alfonso que sabía lo cerca que había estado de abandonar su sueño por ella. Se lo había contado cuatro años antes, sentado en la terraza de Federico, después del divorcio de este. Había sido una noche horrible. Su hermano estaba terriblemente deprimido, Tomás estaba borracho y era incapaz demanejar la situación, y Pedro se sentía como un marginado. Federico y él casi llegaron a las manos y aquel desahogo de furia y testosterona había abierto una estrecha vía a la verdad. Federico y Tomás le contaron entonces cómo su padre les había hecho jurar que guardarían el secreto. Ellos no querían hacerlo, pero tampoco querían causarle más disgustos a Horacio en su delicado estado de salud. Pedro comprendía su razonamiento, y tal vez él hubiera hecho lo mismo, pero seguía sin poder aceptar y comprender que lo hubieran echado de la familia. Cuando los ánimos se calmaron se pusieron a hablar del divorcio de Federico, quien seguía recriminándose haber perdido la cabeza por una mujer. Una cerveza siguió a otra y él cometió el error de hablarle de Paula para intentar que se sintiera mejor. «No eres el único. Todos hemos hecho tonterías por alguna mujer de vez en cuando». Se lo había contado todo sin sospechar que algún día se arrepentiría de ello.


–Al final resultó que la gerente de marketing con la que trabajaba on-line es Paula. No tenía ni idea hasta que nos reunimos en Melbourne para concertar la campaña promocional de la escuela de surf. Ha venido para ocuparse de ello durante una semana, y me pareció lógico que me acompañara también a la boda. Eso es todo – acabado su pequeño discurso tomó un largo trago de cerveza, preguntándose a quién intentaba convencer, si a sí mismo o a Federico.


El día anterior había sido una tortura, viendo como Paula volvía a brillar mientras le exponía sus ideas. Había atisbado a la mujer radiante y pasional por la que una vez se volvió loco, pero por desgracia ella reservaba su entusiasmo únicamente para el trabajo. Tras el beso en la playa Paula había adoptado una actitud más amistosa, pero guardando las distancias. Una barrera invisible seguía separándolos, y Pedro no tenía esperanzas de traspasarla después de cómo habían acabado las cosas entre ellos.

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