miércoles, 5 de junio de 2024

Quédate Conmigo: Capítulo 65

 –Sí, pero es muy molesta cuando estoy bailando.


–Entonces, me alegro de que hayas decidido ir desarmada –Pedro esperó mientras ella tomaba un bolsito de noche–. ¿Con quién cree que vas a salir?


–Le he dicho que era una cena de trabajo –respondió Paula–. Y lo es.


–Si me estás diciendo que voy a hablar con una reportera toda la noche, esta podría ser una cena muy silenciosa.


–Pues sería una pena. Piensa en mí como tu hada marina, aunque eso significa que el coche se convertirá en una calabaza cuando den las doce.


–Eso sería interesante, sobre todo si estuviéramos en la autopista en ese momento –bromeó Pedro, haciéndole un gesto para que entrase en la limusina que los esperaba en la puerta.


–Le prometí a mi hija que volvería a casa antes de las doce.


–¿Y ella te ha creído?


–Por supuesto, soy su madre. Bueno, háblame de esa cena benéfica a la que vamos –dijo Paula.


–Es para las personas sin techo y habrá una subasta.


–Deberías habérmelo dicho, no he traído mi talonario. Solo un poco de dinero escondido en el escote.


–No te preocupes, miraré hacia otro lado si vas a sacarlo para pujar. Aunque yo podría hacerlo por tí. Ajustaremos cuentas más tarde.


¿Ajustarían cuentas más tarde? ¿Qué había querido decir con eso?


Regla número dos para salir con Pedro Alfonso: Sentarse sobre las manos durante una subasta.


–Y te he pedido que fueras conmigo porque no suelo ir a discotecas para conocer mujeres solteras. Como tú, imagino.


–No, no me gustan las mujeres –bromeó Paula.


–¿Hay algún hombre en tu vida?


¿Creía que lo habría besado así si hubiera algún hombre en su vida? Evidentemente, sí. De modo que no debía tomárselo en serio.


–Es sábado por la noche y he salido de casa para ocupar un asiento vacío en una cena. ¿Tú qué crees?


–Pensé que habíamos quedado en que haces esto por trabajo, como yo – respondió Pedro–. Pero tienes razón, Beatríz suele acompañarme en estas ocasiones, pero ha empezado a dejar páginas de citas por Internet en mi escritorio y por fin he entendido que tiene mejores cosas que hacer los sábados por la noche. ¿Lo has intentado alguna vez?


–¿Conocer a alguien por Internet? –Paula negó con la cabeza–. De modo que tu ayudante no quiere salir contigo…


–Beatríz y yo solo hablamos de trabajo.


Ella tuvo que suprimir un grito de alegría.

No hay comentarios:

Publicar un comentario