lunes, 13 de octubre de 2025

Eres Para Mí: Capítulo 74

Cuando Paula recibió el correo electrónico de Pedro, con toda la historia médica y una breve explicación de que por eso había querido romper con ella, no supo qué pensar. La historia médica le revolvió el estómago. Él lo estaba pasando mucho peor de lo que parecía. Le decía que le agradecería que reflexionaba detenidamente sobre la información para que se hiciera una idea de lo que significaría para su futuro, si decidían compartirlo, querer a alguien como él. La informaba detalladamente de todo para que tomara una decisión racional. Pero ¿Desde cuándo el amor era racional? Y después se leía lo siguiente: "¿Y si no responde? ¿Cuánto tiempo dejo pasar antes de llamarla? ¿Le digo que la llamo en un par de días? No, suena desesperado. Debería decirle que me llame si necesita más información. O no. Simplemente firmo. ¿De qué te ríes, Federico? ¿Qué cómo sé que te estás riendo? Porque te veo la blancura de los dientes. Ayúdame a escribir esta maldita carta. ¿Ponemos, «Atentamente, Pedro»? Siempre firmo así las cartas. ¿Y a esto lo llamas ayudarme? Acaba y mándala. Tuyo, Pedro. Felicidades, Federico" 


Paula lo leyó cientos de veces sonriendo cada vez. Esperó un día, para asimilar la información. Antes de responder. "Querido Pedro: Eso explica muchas cosas, pero no todo. Por cierto, tu hermano es genial. ¿Quieres que quedemos para hablar de nuestros proyectos para el futuro? Estoy muy ocupada preparando el nuevo trabajo, pero libro el sábado. Tuya, Paula". Pedro le mandó un correo de respuesta en el que la invitaba a ir a Jeddah Creek, el sábado a las cuatro de la tarde. Si quería, podía quedarse a cenar y utilizar la habitación de Rosa para pasar la noche. Paula accedió a todo. Era evidente que él había vuelto a casa de su hermano a pasar una temporada, pero había muchas habitaciones para hablar en privado. Y ella deseaba volver a echar un vistazo a la biblioteca de la familia.


El sábado por la mañana recibió un mensaje de Brenda en el que le decía que iba a mandar un helicóptero a recogerla para que no tuviera que ir en coche. Paula había vuelto a casa de Rosa para dejar a Luca y volvía a estar en la carretera. Así que no rechazó la propuesta. Cuando vió que el campo al lado de la casa estaba lleno de avionetas, jets de lujo, todoterrenos y tiendas de campaña, se volvió hacia el piloto.


—¿Qué pasa ahí abajo?


—Es por el baile.


—¿El baile?


—Un baile de primavera para recoger fondos para los servicios sanitarios rurales. ¿Le suena?


—¿Y es esta noche?


—Empieza a las seis.


Brenda no le había dicho nada. En el último baile celebrado allí, Paula formaba parte del servicio.

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