viernes, 3 de octubre de 2025

Eres Para Mí: Capítulo 59

 —Forman parte del proceso de recuperación —no todo era mentira.


Le habían dicho que podía hacer ejercicio con moderación. Quienes querían escalar por primera vez iban a Kangaroo Point, ya que no se necesitaba experiencia. Y Pedro era un escalador experimentado. La pierna se le había fortalecido y el hombro dislocado ya estaba en su sitio. En cuanto a la vista… La disminución de la visión periférica lo obligaría a mirar todo el rato de frente. Pero necesitaba ponerse a prueba.


—¿Con quién vas a ir a escalar?


—Con Rafael —era instructora profesional y campeona de escalada en interiores—. No le importará que vengas —le pagaba lo suficiente para que no le importase, y Federico tenía experiencia.


—Podría ir mañana por la mañana, porque esta tarde tengo una reunión con la Agencia de Protección Ambiental.


—No pasa nada —Pedro no iba a reconocer que la presencia de su hermano lo había animado, después de una semana repleta de citas médicas y noticias cada vez peores sobre su salud.


Necesitaba un desafío, algo que lo estimulase y lo ayudara a sentirse útil de nuevo y a creer que valía para algo.



Paula no sabía si Pedro había lanzado un satélite sobre el lugar donde se hallaba y por eso ni su equipo ni ella se habían quedado sin cobertura telefónica durante los dos meses anteriores. Había reunido a un grupo de personas que querían seguir trabajando para ella. El siguiente proyecto era para un centro de información turística de una ciudad pequeña con el fin de convertirlo en la puerta de entrada de turistas a toda la zona. Después, ya tenía cerrado un contrato con una celebridad local en Sunshine Coast. Al final del día entraba en Internet para consultar la previsión meteorológica y las noticias. Solía hacerlo mientras cenaba, pero ese día perdió el apetito al leer un titular: "Un magnate multimillonario vuelve a caerse". Dos fotos lo acompañaban: Una, la de un grupo reunido en la cumbre del acantilado; la otra, una antigua foto de Pedro de esmoquin. ¿Se había caído por el acantilado? No, había tenido un accidente escalando. Según un testigo, no había sido una caída grave. Estaba cerca de la cima y se había desmayado. Sus compañeros lo habían ayudado y llevado hasta la cima, donde lo esperaba una ambulancia. Según el artículo, su condición era estable. Marcó con manos temblorosas el número que Reid le había dado, pero saltó el buzón de voz, y no dejó un mensaje. A continuación llamó a Brenda.


—Hola, soy Paula —dijo con voz ronca y vacilante—. He visto la noticia.


—¿Quieres saber cómo está Pedro?


—Sí.


—Estamos en el hospital. Le están haciendo pruebas. Parece que está bien; enfadado con todo y con todos, pero bien.


—¿Qué ha pasado?


—Intenta sacarle información a alguien que no quiere dártela — Brenda parecía a punto de perder la paciencia.


—¿Tan mal están las cosas?


—Federico está muy preocupado y Pedro nos dice que nos vayamos porque se encuentra bien, cuando es incapaz de firmar los papeles del hospital porque apenas puede leerlos.

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