lunes, 6 de octubre de 2025

Eres Para Mí: Capítulo 64

 —¿Por qué?


—Creo que puede ser mi padre biológico. Voy a escribirle para preguntarle qué sucedió, por qué me mandaba dinero a través del padre de Pedro y por qué no ha querido conocerme. Y a ver qué pasa.


—¿Esperas algo de él?


—Nada, salvo respuestas, si es que es mi padre. Intento ir hacia delante para ser quien quiero ser. Me debo a mí misma enfrentarme a mis demonios para poder avanzar confiando en mi valía personal y para tener la suficiente autoestima para permitirme amar.


—Hasta mañana —dijo Paula—. Conduce con precaución.


Paula llamó por teléfono mientras paseaba por la habitación de un motel de carretera de tres estrellas. Estaba limpia y eso le bastaba, a pesar de llevar meses viviendo en bonitas cabañas ecológicas. El lujo le daba igual. No tenía el número personal de Francisco Murray, pero sí el de la empresa. Le contestó una voz femenina.


—Hola, me llamo Paula Chaves y querría hablar con el señor Francisco Murray, por favor.


—¿Espera su llamada, señorita Chaves?


—No, pero le agradecería que le dijera que lo he llamado. Voy a mandarle a usted mi dirección electrónica para que se la haga llegar.


—Muy bien. Le diré que ha llamado y le daré su dirección electrónica.


¡Qué mujer tan eficiente, quienquiera que fuera! Paula se apartó el cabello del rostro. No había terminado de enfrentarse a sus miedos, pero había empezado.



Eran las seis y diez de la tarde y a Paula aún le quedaban cientos de kilómetros de camino de tierra para llegar a casa de Rosa. Le sonó el móvil y en la pantalla apareció un número desconocido. Detuvo el vehículo. Allí no hacía falta salirse de la carretera. Agarró el móvil, podía ser un cliente.


—¿Sí?


No hubo respuesta.


—¿Diga?


—¿Paula Chaves? —el hombre carraspeó—. Soy Francisco Murray. 


Paula se quedó sin habla.


—Creo que sé por qué me ha llamado. Llevaba esperándolo mucho tiempo y preguntándome qué le diría llegado el momento.


Le iba a decir que no, pensó ella.


—Tengo tres hijos.


Y Paula se dijo que quién iba a querer una hija teniendo tres varones.


—Y una esposa que lleva cuarenta años a mi lado. 


Iba a negar que había conocido a su madre.


—Y los quiero mucho.


¿Por qué iba a confesarles que había dado dinero a su madre? Había fingido que era obra de Lord Alfonso, que él nada tenía que ver. Lo veía venir. Iba a negarlo todo.

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