Gracias por ayudarnos -ofreció Sofía-. Los veremos a los dos en el club de campo.
Paula sonrió y salió de la capilla, cerrando las puertas detrás de ella. Incrédula, bajó la vista al cuchillo que aún sostenía en la mano. Al oír un gemido a su espalda, se volvió con expresión profesional.
Pedro lo había depositado de costado sobre un banco acolchado. Le entregó el cuchillo, luego se arrodilló junto al hombre para tomarle el pulso y ver la herida.
-Va a necesitar algunos puntos -se irguió-. y su visión parece clara, aunque lo mejor es que le hagan un escáner y pase la noche bajo observación psicológica.
-¿Qué diablos me soltó sobre la cabeza? -preguntó el otro.
-Una tonelada de ladrillos -espetó Pedro-, y al parecer era eso lo que necesitabas para asimilar que tu antigua novia no te quiere en su vida -le leyó sus derechos y lo puso de pie--. Me lo llevaré al Hospital del Condado... es el que está más cerca.
-Te acompañaré -Paula parpadeó. ¿De verdad había dicho eso?- Puedo arreglar que lo sometan a un análisis psicológico en cuanto lleguemos. .
-Pero te perderás la boda.
-Les he dicho a Sofía ya Neil que los veríamos... que los vería luego -se encogió de hombros.
-¿No te echará de menos tu novio?
-Él... no pudo venir -tragó saliva. ¿Era inmoral mantener una falsa cita con un hombre antes de haber roto oficialmente con su novio si lo único que le impedía romper era que él no había aparecido?
La sonrisa de Pedro le envió una punzada de deseo al vientre, desterrando los pensamientos sobre Tomás.
-Qué pena. Lo siguió al coche patrulla y se sentó delante cuando él le abrió la puerta. Después de colocarse ante el volante, habló por radio con un compañero que estaba en el aparcamiento de la iglesia y lo puso al tanto de la situación, luego informó del arresto y de su intención de llevar al detenido al hospital. Ella lo miraba fascinada por su eficiencia. Le hormigueaba el cuerpo por su proximidad, recordando las imágenes de la ducha que le había ofrecido imaginariamente la noche anterior.
Dejó la radio en su sitio y puso en marcha el motor.
-Te dejaré en la recepción en cuanto terminemos. Con algo de suerte, llegarás antes de que corten la tarta.
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