lunes, 29 de abril de 2024

Pasión: Capítulo 73

 —Federico tiene noticias para tí… Y para mí. He pensado que debías hablar con él personalmente.


Paula miró de uno a otro, sorprendida.


—¿De qué se trata?


—Le pedí a Fede que investigase lo que había pasado esa noche, hace siete años.


Antes de que pudiera asimilar la información, Federico añadió:


—Mi hermano sabe que tengo contactos… No muy recomendables.


El corazón de Paula se encogió por lo que habían sufrido de niños, por cómo sus padres habían decidido su destino como si tirasen unos dados.


—Pedro me ha contado lo que pasó.


Federico fulminó a su hermano con la mirada.


—Esto no se trata de nosotros —dijo Pedro con tono de advertencia.


Paula estuvo a punto de soltar una carcajada. No eran idénticos, pero en aquel momento eran increíblemente parecidos, aunque ellos no se dieran cuenta.


—He estado investigando y he descubierto quién puso las drogas en el bolsillo de Pedro esa noche —empezó a decir Federico—. Fue un traficante de poca monta que los vió juntos en la discoteca. Sabía que si podía pasaros las drogas a Pedro o a tí nadie se molestaría en defenderte.


Paula tragó saliva, avergonzada por el recordatorio de que todo el mundo conocía su manchada reputación. Pero se preguntó por qué Pedro le habría pedido a su hermano que investigase. Federico siguió:


—Está en la cárcel en este momento por otro delito, jactándose de cómo los inculpó… Parece que no podía guardarse tal «Éxito» para sí mismo. Se han presentado cargos contra él y no tiene defensa porque se lo ha confesado ante numerosos testigos. 


Por un momento, el alivio fue tan grande que Paula se sintió mareada.


—Entonces podrás limpiar tu nombre, Pedro.


Él asintió, pero no parecía feliz. Al contrario. Federico se levantó con la gracia de un atleta.


—Mi vuelo sale en un par de horas. Tengo que irme.


Paula se levantó también.


—Muchas gracias. Esto significa mucho para mí.


Federico esbozó una sonrisa antes de lanzar una enigmática mirada sobre su hermano.


—Estaremos en contacto.


Pedro asintió. No se abrazaron ni se dieron la mano. Como si fueran dos extraños. Cuando desapareció, Paula se dejó caer de nuevo sobre la silla, notando que él estaba pálido.


—¿Por qué le has pedido que investigase?


Él suspiró pesadamente.


—Porque quería saber la verdad, porque te lo debía. Después de todo, tú has sido sincera conmigo. Tú fuiste una víctima igual que yo. Mereces recuperar tu vida y limpiar tu nombre, Paula. Mis abogados y mi equipo de Relaciones Públicas se encargarán de que la noticia aparezca en los periódicos. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario