domingo, 1 de noviembre de 2015

Dulces Sueños: Capítulo 65

-Sí, pero déjalo ahí y vamos al baño, porque necesito hacer pipi. – dijo él con una cara picarona. – Dale.
Paula guardó las cosas, o mejor, casi todo, cuando Pepe le dio la espalda para salir, ella puso en su sostén el papel de la casa de niños, algo estaba raro en eso y ella lo descubriría, así que salieron del despacho en dirección al living, Victoria los sorprendió.
-Jajaja ¿Dónde estaban ustedes? – preguntó ella, pensando en que estaban haciendo otras cosas pervertidas.
-Pues… pues… en la cocina, viendo como andan las cosas por allá, me parece todo perfecto y el olor esta riquísimo. – dijo Pau con una sonrisa.
-Ah, si, estoy yendo para allá, a ver si necesitan algo. – habían contratado un buffet y ellos preparaban la comida en la cocina del orfanato. – Los esperan afuera eh, quieren que hagan discurso las nenas.
-Más tarde, ahora necesito ir al baño. – dijo Pepe sonriendo, al escuchar Paula se alejó despacio de él en dirección a la puerta. - ¿Adonde vas? – preguntó Pepe.
-Pues afuera, ya que te vas al baño, yo te espero acá. – le guiñó el ojo.
-No gatita, quiero que vengas conmigo ¿No ves eso? – le mostró el bulto que tenía en el pantalón, haciendo que  Pau ría fuerte.
– No te rías, eres tú que me haces eso, que me provocas esas cosas y tu me vas a quitar las ganas ahorita. – ella mordió el labio inferior y suspiró, era tentadora la propuesta de Pepe le encantaría meterse al baño con él y volver a hacer el amor.
-Amor, yo también tengo ganas, pero, quedamos un poquito más afuera, y luego volvamos adentro ¿Si? – él le hizo carita triste pero le asintió.
Salieron a fuera y estuvieron con los invitados un poco más, los primos de Pau los habían visto cuando eran chiquitos, sus tías, todas iguales y su padre, parecía tan feliz por ella, ni hablar de sus nenitas que jugaban alegremente con las demás por todo el patio, corriendo con las pelotas.
-Soy el hombre más feliz del mundo. – dijo Pepe besándole el pelo. – Me siento tan completo chiquita, tan bien a tu lado.
-Yo también me siento así cuando estoy contigo. – ella lo miro a los ojos y sonrió. – Pepe, tengo algo que decirte, bueno, la verdad una sorpresita que quería darte, naaa, darnos jajaja, porque es para los dos.
-Mmmm ¿Qué es?
-He comprado dos pasajes para Cancún, quiero pasar unos días contigo, solitos. – ella le sonrió, pero él quedo como sorprendido y enojado a la vez. – Ay bebé, es nuestra luna de miel, y quiero pasarla súper bien contigo, no me hagas esa carita ¿Vamos si?
-Pau ¿Por qué gastas con esas cosas? Empezaste a trabajar ahora y ya estás gastando millones con viajes, yo sé que queda súper caro ir a Cancún, las cosas allá son caras y… - ella le puso un dedo en los labios y le dió un piquito.
-No quiero escuchar nada, solo quiero que aceptes eso, que me hagas feliz y disfrutemos ese viaje, a parte, son solo cuatro días, y podemos estar solitos, piénsalo bebé, será lindo nuestra luna de miel. – le sonrió él, a pesar de todo le gustaba la idea de estar solitos los dos en un lugar tan bello. – A parte, imagínate como haremos el amor ahí…
-Mmmm, esa parte me gusta, jajaja. – los dos rieron y luego se besaron.
La fiesta estaba maravillosa, pero deberían irse los dos, a parte, los demás seguían disfrutando del baile y de la comida, y ellos disfrutarían de otras cosas, habían ganado una noche en el mejor hotel de la ciudad, fue un regalo de la madre de Pau, y disfrutarían mucho aquella noche, bueno, eso era lo que pensaban ellos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario