lunes, 1 de junio de 2015

Actitud Incorrecta: Capítulo 4

-Ha desaparecido.
Reflexionó en ello unos momentos, y luego dijo:
-Tal vez, sencillamente, quería alejarse de los Chaves.
Sonaba como si tuviera experiencia en ese campo. Con algo de suerte, no le echaría en cara lo que había pasado entre ellos tantos años atrás.
-Sólo tiene diecisiete años.
-Once más joven que tú.
La sorprendió que recordara su edad.
-Fue el regalo tardío que le hizo la vida a mi madre.
-Si tu hermana ha desaparecido -comentó Pedro con un deje de preocupación en la voz-, es algo que le atañe a la policía.
-No está desaparecida como si fuera una víctima. Se ha fugado, tiene diecisiete años y acaba de terminar el instituto. Tengo entendido que no es algo inusual. Que los adolescentes se largan todos los días y que si ella no quiere que la encuentren, probablemente no lo harán -respiró hondo-. Sólo faltan unos meses para que sea legalmente una adulta, y a los adultos se les permite desaparecer si así lo desean. La policía no va a esforzarse mucho. Será otro nombre en una base de datos.
-Pero con la influencia de tu padre...
-Sí, esa impresión daría, ¿verdad? Pero eso significa que tendría que hacerlo público. Tendría que solicitar un tratamiento especial para un miembro de su familia -controló su furia y añadió-: Tendría que llamar la atención sobre su persona y eso no le reportaría ninguna ventaja.
-Comprendo -enarcó las cejas.
«No lo comprende», pensó Paula.«En realidad, no». Tampoco ella lo comprendía. No sabía cómo su padre podía esquivar la verdad cuando un miembro de su familia se hallaba en problemas. Pero ya pensaría en eso más adelante. Por el momento, encontrar a su hermana, asegurarse de que estaba a salvo, era su objetivo principal.
-¿Por qué recurres a mí? -inquirió Pedro.
-Tu nombre surgió como el de alguien que conoce a los chicos en las calles. Me han informado de que estás haciendo un documental sobre jóvenes que han abandonado sus hogares. Si eso es verdad, quizá podrías encontrarla.
-Suposición que, en el mejor de los casos, es cuestionable.
-Eres mi única esperanza.
Pedro movió la cabeza.
-Entonces no tengas muchas, porque carezco de tiempo y de interés de involucrarme en tus problemas. Además, establezco un vínculo con esos chicos. No traiciono la confianza que depositan en mí.
-No tendrías que hacerlo -prometió.
-Contrata a un investigador privado. Demonios, Paula, con tu dinero, podrías contratar a toda una empresa.
A Paula se le retorcieron las entrañas al oír esas palabras. Iba a ser más difícil de lo que había pensado.Tendría que reconocer que parte de la motivación de buscarlo a él surgía de la curiosidad. O tal vez quería quitárselo de la cabeza de una vez por todas... cosa que no parecía probable. Incluso cuando tenía cosas más importantes en la mente, no podía evitar recordar cómo la había derretido su contacto... y preguntarse cómo sería en ese momento...

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