jueves, 4 de junio de 2015

Actitud Incorrecta: Capítulo 18

-Ya lo has intentado.
-Nunca antes había probado vivir en las calles. Me has convencido de que es lo que tengo que hacer.
-¡No sola!
-No era ése el plan. Pero ¿qué alternativa me dejas?
-Recurre a las autoridades o a un investigador privado, tal como deberías haber hecho en cuanto descubriste que no estaba con ninguna amiga. Ella movió la cabeza, recogió la mochila y se volvió. Como no había nada más que decir, comenzó a marcharse. Apenas había dado tres pasos cuando él la alcanzó y cerró la mano con fuerza en su brazo.
-No puedes hacerlo sola. -Probablemente, no. -Estás loca si lo intentas. -Podrías resultar herida.
Lo miró un momento antes de preguntar: -¿Qué diablos te importa lo que me suceda? No respondió directamente. -¿Estás decidida?
-Desde luego.
Él maldijo en voz baja y, sin soltarle el brazo, fue hacía la puerta.
-Entonces, larguémonos de aquí.
El cambio en la actitud de Pedro fue tan súbito, que hizo que a Paula le diera vueltas la cabeza y los ojos se le humedecieran. Quiso decir algo, agradecérselo.
Al final, guardó silencio, contuvo un sollozo de alivio y dejó que la empujara por la puerta y hacia las calles oscuras que iban a ser su nuevo hogar.
El senador Miguel Chaves miró alrededor de la habitación, a los tres hombres que trabajaban de forma más estrecha con él, y trató de discernir su grado de lealtad en ese asunto.
Sabía que Pablo Suarez aún soñaba con dirigir su propia campaña. Perdería. Carecía de carisma. Suarez lo sabía tan bien como él, razón por la que seguía en el mismo trabajo una década después, por la que orquestaría su próxima carrera hacia el se¬nado.
El ayudante de Suarez, el atractivo y joven Felipe Nuñez, con el pelo castaño rojizo y los brillantes ojos verdes, era una prometedora personalidad política. En un año Nuñez se habría marchado, probablemente para presentarse a un puesto en el ayuntamiento. Existía la posibilidad de que el carismático irlandés llegara algún día a la propia alcaldía.
Y luego estaba Hernán Paz, que se había hecho amigo de sus hijas y parecía satisfecho con su puesto de enlace con la prensa. Pero Chaves lo había calado... aunque no mostraba su verdadero rostro al mundo, Hernán  era el más ambicioso del grupo. Y el más inteligente. No le importaba permanecer entre bastidores y sabía exactamente cómo manipular a la gente para obtener justo lo que quería.
Sí, los conocía a todos, sabía que su lealtad se extendía hasta mantener silenciado lo que él no quería que supiese el Público. Y se hallaba, de lejos, en la situación más potencialmente explosiva que jamás había conocido...

4 comentarios:

  1. muuuy buena la maraton Naty, asi pude entender la historia

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  2. Gracias Naty., me gusta la novela !!!

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  3. Muy buenos capítulos! De a poco vamos entendiendo más como viene todo! Una basura el papá de Paula!

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