Al acercarse a los adolescentes, Paula aminoró el paso y pudo ver que entre ellos no estaba Delfina. Luchando contra la decepción, mantuvo la calma y se detuvo a una distancia corta del grupo.
-Disculpen, estoy buscando a mi hermana -dijo cuando Pedro se acercó-. Se llama Delfina. Sus amigos la llaman Pepi.
Pedro tuvo ganas de cuestionar que ofreciera esa información, pero la miró y decidió callar.
-Quizá tu hermana no te busca a ti -dijo una chica de piel oscura.
Todos rieron.
-No es gracioso -intervino Pedro. Reconoció a un par de los chicos. Uno era un joven que había huido de su hogar al que había grabado-.Algunos de vosotros me conocéis, ¿verdad? Puedo avalar a esta mujer. Su hermana no necesita estar en la calle. Pueden arreglarlo.
Paula percibió el cambio de actitud y de inmediato continuó donde él lo había dejado.
-Delfina vino a visitar a una amiga en este barrio hace amos días. Esperaba que aún siguiera por aquí.
Después de sacar la foto, la extendió, pero nadie se la quitó. Una pareja apartó la vista y se puso a besarse como si ella no existiera.
-Sólo quiero que esté a salvo -les dijo Paula-. Quiero que venga a casa.
-No todos podemos conseguir lo que queremos, ¿verdad?
Eso lo dijo una chica demasiado delgada cuyo pelo claro brillaba con una extraña tonalidad plateada bajo las farolas del parque tenía la cara llena de maquillaje que no terminaba de ocultarle los moretones. Extendió la foto en dirección a la joven.
-Quiero a mi hermana y sólo deseo lo mejor para ella. Únicamente te pido que la mires, por favor.
La chica la tomó y la observó un momento.
-Me resulta familiar, pero no ha estado con nosotros.
-¿Pero crees que la has visto? ¿Dónde?
La chica se encogió de hombros.
-No... no puedo estar segura... quizá en el Club Undercover. Los lunes y los jueves abren por la tarde, sin servir alcohol, para los chicos menores de edad.
-¿Conoces el sitio? -le preguntó Paula a Pedro.
-Sí.
Se le renovó la esperanza.
-Si ven a Delfina, ¿le diréis que la estoy buscando?
-¿Ofreces algún tipo de recompensa? -quiso saber uno de los chicos.
-Depende de lo precisa que sea la pista -dijo Pedro-. Si alguno de ustedes nos ayuda a encontrarla, ¿qué les parece un billete de cien? Pedro's Knack... es mi estudio en las Seis Esquinas.
-Lo recuerdo -dijo la chica negra-. Primera planta, encima de El Desván de Lucía. ¿Al final has hecho algo con ese vídeo?
-Estoy con las notas de edición -la informó-. Y todavía grabando. Prometo que cuando termine, haré correr la noticia y ofreceré un pase especial a todos los que han contribuido.
«¿Cómo he perdido el control?», se preguntó Paula.
-¿Habrá comida? -quiso saber la chica delgada.
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