martes, 22 de septiembre de 2015

Tentaciones Irresistibles Parte 4: Capítulo 74

Parecía tan tranquila, tan confiada… ¿De verdad era todo tan simple?
—¿Entonces no he echado a perder las oportunidades de Miguel?
—En absoluto.
—Muy bien —Paula se secó las lágrimas—. Pues me alegro.
Se enderezó en el asiento y se palmeó las mejillas.
—Ya estoy bien. Por lo menos de momento. ¿Tengo un aspecto horrible?
—Estás perfecta.
—Gracias. Quiero que sepas que no he pretendido nunca hacerte ningún daño. Y, por si te sirve de algo, no voy a volver a ver a Pedro.
Carmen intentó no reaccionar ante aquella noticia. A pesar de todo, había descubierto que Paula  le gustaba. Aquella joven era sincera y, además, Carmen tenía debilidad por todos aquéllos que sufrían.
En cuanto al hecho de que Paula y Pedro dejaran de verse, aunque no podía decir que la alegrara, sí que le provocaba un inmenso alivio. Si no estaban juntos, posiblemente dejarían de hacerle preguntas sobre ellos constantemente. Estaba cansada de sentirse humillada por culpa de todas aquellas preguntas sobre la hija de su marido.
Llamaron en ese momento a la puerta.
—Adelante —dijo Carmen.
Luisa entró corriendo en el estudio.
—¡Paula! Me han dicho que estabas aquí.
Paula sonrió a la adolescente.
—Sí, aquí estoy. ¿Qué tal estás? ¿Todavía te gustan tus zapatos?
—Más que nada en el mundo.
Carmen bebió un sorbo de agua e intentó comportarse como una persona madura. No le importaba que Paula hubiera llevado a Luisa a comprarse unos zapatos de tacón. Sinceramente, a ella jamás se le habría ocurrido hacerle a su hija una oferta parecida. Para Luisa era bueno salir con otra gente, con gente que no formara parte de su círculo familiar. Y ella estaba encantada de que lo hiciera.
Bueno, tenía que reconocer que le dolía un poco no haber sido ella la que compartiera esa experiencia con su hija, pero lo superaría.
—Voy a tener un baile en el colegio —anunció Luisa— . Es el mismo día que mi cumpleaños y tengo que comprarme un vestido especial.
—Qué suerte —le dijo Paula—. Ya estoy deseando ver las fotografías.
Luisa se sentó en el suelo y le agarró la mano.
—¿Me llevarás a comprarme el vestido? Quiero que me ayudes a comprarlo. Por favor, Paula, dí que sí.
Aquellas palabras se clavaron en el corazón de Carmen con la precisión y la intensidad de un rayo láser.
Ella quería ir de compras con Luisa. Quería ser ella la que la ayudara a construir esos recuerdos. Aunque su hija y ella nunca habían hablado en concreto de ello, había dado por sentado que acompañaría a Luisa a comprarse el vestido.
Unos celos tan intensos como irracionales le hicieron desear atacar a la persona que consideraba responsable de aquella situación.
—Luisa, me encantaría —contestó Paula, y parecía sincera—. Carmen, ¿a tí te parece bien?
Carmen era consciente de que estaba dejando que la dominaran los celos, de que se estaba comportando como una niña. Recordaba las lecciones que había aprendido de su madre: tenía que mantener siempre la calma, sintiera lo que sintiera por dentro. Actuar siempre de manera correcta, no hacer ninguna inconveniencia.
—Por supuesto. Eres muy amable, Paula. Estoy segura de que Luisa disfrutará mucho contigo.
Le dolía pronunciar aquellas palabras, le dolía sonreír cuando lo que le apetecía era bufar y arañar como una gata acorralada.
Luisa se levantó y las abrazó a las dos.
—¡Bien! ¡Bien! —comenzó a girar en círculo con las manos en alto y el rostro resplandeciente de placer.
Carmen miró a su hija e intentó encontrar la felicidad del momento. Pero, sencillamente, no pudo.
Cuando Luisa se marchó, Paula suspiró.
—Es genial. La adoro.
—Yo también —contestó Carmen, haciendo lo imposible para evitar que su voz reflejara un tono afilado.
—Gracias por dejarme llevarla de compras.
—De nada. Ahora, ¿de qué estábamos hablando?
Paula cambió de expresión; de pronto, pareció desolada.
—De Pedro—musitó—, de que ya no vamos a volver a vernos.
—Ya entiendo —dijo Carmen—. ¿Y qué es lo que te ha hecho cambiar de opinión? ¿Las encuestas?
Aquél debería ser el momento de decirle a Paula que no podía permitir que otras personas dirigieran su vida. Pero antes de que hubiera podido decidir si iba a comportarse como una persona madura o no, Paula le dijo:
—No, mi decisión no tiene nada que ver con las encuestas. Pedro también me ha acusado de eso.
—¿De verdad?
Paula asintió. Sus ojos habían perdido el brillo y reflejaban un intenso dolor.
—Siento lo de las encuestas, pero no ha sido ésa la razón. Él cree que quiero quitarme del medio para facilitar las cosas.
—¿Y no es así?
—No —Paula tragó saliva—. Creo que… creo que Pedro continúa viendo a Silvina. Silvina vino a hablar conmigo y se aseguró de que lo comprendiera.
Carmen podía sentir el dolor de Paula. Lo veía en los ojos que tenía clavados en ella.
—Tú les conoces a los dos, ¿crees que es posible? ¿Crees que es posible que Pedro todavía esté saliendo con Silvina?
Era como estar viéndose a sí misma desde fuera, pensó Carmen mientras recorría la habitación con la mirada. Podía verse a sí misma sentada en el sofá, tan perfecta, pensó, con el jersey de cachemir y las perlas. La esposa y madre ideal. Un modelo de mujer cuya vida había cambiado de un día para otro por culpa de aquella joven cuya mera existencia demostraba que su marido podía tener hijos y ella no.
Se dijo a sí misma que Paula no tenía la culpa. Que ella no sabía de la humillación y la vergüenza que había llevado a su vida. Que el hecho de que se llevara bien con Luisa era una suerte. Podía oír la voz de su madre diciéndole que tenía que comportarse siempre como una dama.
¡Y un infierno!, pensó con amargura. Por una vez en su vida, iba a hacer exactamente lo que le apetecía. Lo que tenía ganas de hacer y lo que podía ayudarla a aliviar su dolor.
Miró a Paula y mintió.
—No quiero hacerte daño, pero creo que es bastante posible que Pedro y Silvina hayan seguido viéndose.

4 comentarios:

  1. Ahhhhhh, no te lo puedo creer, qué hdp esta Silvina, hasta influye en la mamá. Me tiene atrapada esta historia.

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  2. Uf! se me cayó del pedestal Carmen! Ojalá pedro ponga a Silvina en su lugar y aclare las cosas con Paula!

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  3. ahhh una forra carmen jajaja me salio del alma ... espero el siguiente besos

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  4. Q hdp carmen!! La odio, listo ❎,espero q pedro ponga en su lugar a Silvina y a Carmen, y solucione todo cn pau! Espero el próx cap bsoos @GraciasxTodoPYP

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