lunes, 1 de enero de 2024

No Esperaba Encontrarte: Capítulo 69

 —Quiero que papa y tú sean felices. Yo me marcharé con la niñera Marisa, si eso es lo que quieren.


—¡No es lo que quiero! Y tampoco es lo que tu padre quiere —dijo Paula.


 Sus preocupaciones dieron paso a una ola de amor hacia aquella niña. Se levantó y se acercó a Valentina, tomándola en brazos. Unos suaves bracitos la abrazaron por el cuello, y Paula la apretó suavemente contra ella, hundiendo su cara en el oscuro pelo de la pequeña.


—Quiero ser parte de tu familia, Valen. Quiero amarlos a tu papa y a tí, quiero que los tres estemos juntos para siempre. Simplemente tenía miedo de no ser capaz de hacerlos felices a tu padre y a tí.


Valentina se echó para atrás en los brazos de Paula y miró a ésta a la cara.


—Entonces no me marcharé. De todas maneras no estoy segura de que mi papa me hubiese dejado —la pequeña sonrió tímidamente—. Porque él me dijo que me quería para siempre.


Paula tragó saliva y bajó a la pequeña al suelo.


—Tu papa no quiere dejarte marchar, y así es como debe ser.


—Después de todo voy a tener una nueva mamma, ¿no es verdad? Bella va a ser mi mamma —dijo la pequeña, dirigiéndose a su padre.


—Sí. Sí, vas a tener una nueva mamma —dijo Pedro, emocionado, abrazando a su hija.


—Yo me voy al puente. Me voy a quedar allí durante mucho rato, para ver si veo patos.


Valentina tomó la iniciativa de qué hacer, ya que Pedro parecía muy perdido. Entonces le susurró al oído:


—Creo que deberías besarla, papa. Funcionó cuando la rana quería a la princesa.


—Gracias, Valen. Lo recordaré.


Entonces Pedro observó cómo su hija se dirigía de nuevo al pequeño puente. Cuando miró de nuevo a Paula, ésta no pudo reprimir una sonrisa.


—Hay cosas peores que ser comparado con una rana, ¿Lo sabías?


—Lo sé —contestó él, acercándose a ella—. Ven aquí. Quizá tú puedas convertirme en un apuesto príncipe.


Paula aceptó el beso de Pedro, poniendo todo su corazón al devolverlo. Tras besarla durante largo rato, él levantó la cabeza, y ella sonrió.


—Sea lo que sea lo que tengamos por delante, lo afrontaremos juntos —se comprometió Pedro.


En lo más profundo de su corazón, Paula sabía que lo decía en serio.


—Siento haber dejado que mis miedos se interpusieran entre nosotros. No puedo soportar pensar en no estar contigo. Te llevo en mi corazón y mi alma. Siempre te he llevado conmigo. Simplemente es que he necesitado todo este tiempo para aceptarlo y admitirlo. 

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