lunes, 16 de octubre de 2023

Aventura: Capítulo 64

 –Es un mosaico original.


Al oír la voz de Pedro, se dió la vuelta. Tenía el pelo mojado y llevaba unos chinos y un polo de color negro.


–El palacio se construyó sobre los restos de una villa romana – explicó–. El mosaico se encontró en el sótano hace unos años, cuando intentábamos arreglar las cañerías.


–Y sospecho que interrumpió las reparaciones, ¿Verdad?


–Desde luego –respondió, sonriendo–. ¿Quieres dar un paseo por la casa?


–Por supuesto.


Pedro la llevó por el palacio. Además de la sala del mosaico, la planta baja tenía un comedor enorme, con retratos de todos los condes y condesas de la familia Alfonso, y una biblioteca con volúmenes tan antiguos que debían de valer una fortuna. Al subir al primer piso se detuvieron en un salón grande, decorado con muebles modernos, donde había un televisor y varias estanterías con libros, pero esta vez, contemporáneos.


–Supongo que ésta es la sala que mi madre llamaría «La de los pies». Ya sabes, por poner los pies encima de la mesa –ironizó Paula.


–Buena definición. Mi hermano lo hace todo el tiempo.


–¿Vive contigo?


–No, tiene su propio piso; pero viene aquí cuando quiere comer o necesita que alguien le lave la ropa –respondió.


–Ah, los estudiantes…


Pero la llevó a continuación a una estancia más pequeña, con una mesa, un ordenador y varios archivadores.


–Éste es mi despacho. ¿Te acuerdas de la nota que me enviaste el primer día? Estuvo una semana aquí, perdida entre el correo.


–Se la dí a tu chófer… Todavía no puedo creer que me atreviera a escribirla.


Él le acarició la mejilla.


–Bueno, si se hubiera perdido para siempre y no la hubiera encontrado, habría ido a buscarte a tu colegio.


–¿En serio?


–En serio. No dejaba de pensar en tí.


–Ni yo en tí. Pero tengo un favor que pedirte… ¿Podrías enseñarme unas cuantas frases en italiano mientras cenamos? Pilar, la secretaria del colegio, quería pasar por casa esta noche. Y para quitármela de encima, me inventé que tenía clase de italiano.


–¿Por qué no le has dicho que habías quedado conmigo? ¿Tienes miedo de que empiecen a cotillear sobre tí?


–No, tengo miedo de que cotilleen sobre tí. 


Él asintió y la tomó de la mano.


–Está bien. Así que quieres que te enseñe unas cuantas frases… Veamos. Voglio fare l’amore con te.


–Voglio fare l’amore con te –repitió ella–. ¿Qué significa?


–Quiero hacer el amor contigo.


Paula contuvo la respiración.


–¿Y quieres hacerlo? ¿El amor? –se atrevió a preguntar.


–¿Es que lo dudas? Quizá no sea el amante apasionado que buscabas. 

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